aperturas psicoanalíticas

aperturas psicoanalíticas

revista internacional de psicoanálisis

Número 022 2006 Revista Internacional de Psicoanálisis en Internet

Qué contribuciones relevantes aportaron los psicoanalistas a la comprensión y tratamiento de las depresiones

Autor: Winograd, Bruno

Palabras clave

Contribuciones psicoanaliticas a la depresion, depresión, duelo, Melancolia.

Introducción

En un reportaje publicado en el diario La Nación del 14 de Abril de 2003, sostiene el Dr. Stuart Montgomery, presidente del colegio europeo de neuropsicofarmacología las terapias psicoanalíticas pueden ayudar al individuo a una mejor comprensión de su vida, pero no mejoran la depresión. Al impulsarlo a volver una y otra vez sobre sus problemas, algunas de las terapias psicoanalíticas incluso agravan el cuadro y pueden aumentar las tendencias suicidas.

Sin pretender polémicas panfletarias o corporativas, creo que los psicoanalistas necesitamos intentar un examen de las contribuciones de nuestra disciplina en los casi 100 años a partir de Duelo y melancolía de Freud. En efecto, las múltiples contribuciones y trabajos de colegas de diferentes pertenencias geográficas y distintos modelos conceptuales, no pueden menos que cuestionar por limitativa, abusiva y desinformada, la hipótesis sostenida por el entrevistado, que unifican las terapias psicoanalíticas, desconociendo la existencia de múltiples propuestas, algunas hasta polémicas entre sí.

Es por ello que creo relevante examinar algunas de las contribuciones, indagando sobre posibilidades de convergencias, articulaciones teórico clínicas y alternativas de abordaje.

 

Plan de la exposición

1) Intentaré realizar una breve síntesis de lo que considero una matriz básica de los aportes de Freud que parecen mantener una vigencia clara como núcleo conceptual, compartido por las generaciones postfreudianas con énfasis y matices diferenciados.

2) Intentaré luego mencionar distintos aportes que ubicaré según una cierta pertenencia geográfico-cultural, que no supone coherencia total. Se trata de ofrecer reflexiones que nos permitan intercambios críticos que presenten más coherencia y discusión de ideas en relación a los debates panfletarios o mediáticos, tal el comentario inicial mencionado.

 

I. Los aportes de Freud

Por razones de síntesis y limitaciones de espacio, intentaré armar mi visión de las contribuciones básicas de Duelo y Melancolía a través de cuatro esquemas gráficos.

Tan sólo quiero agregar que le adjudico a las descripciones de Freud, diferenciando Duelo y Melancolía, una modelización de lo que sería procesamiento saludable o productivo (caso del duelo) y la otra ejemplificaría las modalidades psicopatológicas de las depresiones como problemática estructural básica (no le adjudico al término melancolía una connotación absoluta), cuyos grados de variedad podrán variar desde las depresiones más neuróticas hasta las formas más complicadas y amenazantes. También cabe mencionar que a la noción de duelo patológico tampoco le adjudico especificidad, se trata de que con este término se designa una modalidad no productiva del duelo, cuyas consecuencias en grado y especificidad dependerán de las combinatorias de cada sujeto.

En cuanto a lo que llamo modelos explicativos, podría sostenerse que los primeros tres (vicisitudes del narcisismo, procesamiento de las pérdidas y procesos identificatorios) están bastante consensuados en cuanto a su relevancia en distintas publicaciones psicoanalíticas, varían si los grados y predominios que cada autor les asigna. También hallamos perspectivas que no han sido incluidas en esta modelización, como el tipo de regresión libidinal o los problemas de la culpa o agresión, por considerar que convendría ubicarlas en otros niveles de la conceptualización.

Pero naturalmente se trata de formulaciones personales sujetas a la discusión crítica.

Lo mismo cabe sostener del cuarto factor (el inconsciente ampliado) que ya no presenta el consenso mencionado, y cuya introducción considero muy significativa para una ampliación y complejización del concepto de inconsciente, al abordar las problemáticas depresivas.

Es por ello, por tratarse de una propuesta más compleja y personal que intentaré una muy breve fundamentación. Se trata de que el propio Freud extiende su conceptualización del inconsciente de la primera tópica (que coincidía con las experiencias pulsionales reprimidas), cuando en El yo y ello (1923) sostenía que tanto el yo como el superyó  presentaban sectores o aspectos inconscientes. Lo que se propone para una mayor especificidad (en el campo de las depresiones), es ampliar el modelo inicial de un espacio con representaciones originadas en vicisitudes pulsionales, incluyendo representaciones valorativas, ideales y vínculos. Estas representaciones, sin perder su carácter pulsional en tanto reflejaran a deseos, tensiones y ansiedades correspondientes, presentan otros contenidos problemáticos y necesariamente implican formas diferentes de estudiar la inconscientización y su modificación a través del proceso terapéutico. Queda así abierta la discusión acerca de los modos y propuestas de la clínica psicoanalítica en el campo de las depresiones para que la conscientización respete los funcionamientos diferentes de las producciones sintomáticas (ver gráficos 1, 2, 3 y 4).

 

II. Los aportes postfreudianos

Por las finalidades de síntesis mencionadas descartaré un análisis exhaustivo, para privilegiar una visión panorámica.

Agrupar las contribuciones postfreudianas por áreas geográfico-culturales, a sabiendas de que la pertenencia a un ámbito compartido no supone una identidad compartida de las propuestas, también que las épocas pueden marcar diferencias entre autores que podrían considerarse más clásicos (Abraham, Fenichel) y otros plantean perspectivas más diferentes (M. Klein, Bibring, Bergeret, Jacobson, Aslan y muchos otros).

Por ello cabe insistir en el objetivo global de esta comunicación, descartando exámenes más pormenorizados cuyo valor es destacable.

Intentaremos así proponer la siguiente esquematización.

 

Autores anglosajones

Ha sido muy extensa la contribución de lo que llamo aportes anglosajones. Cabe discriminar contribuciones que podrían llamarse clásicas (Abraham, Fenichel), otras de diferentes autores ubicados en la perspectiva de las teorías de las relaciones objetales (M. Klein, Kohut, Winnicott, Kernberg y otros), aunque con notorias diferencias entre sí, como otros que han tenido contribuciones relevantes a este campo problemático (Spitz, Sandler, Joffe, Bibring, E. Jacobson, Bowlby).

Por la finalidad de síntesis explicitada intentaré formular un panorama sintético en perspectivas de aportes relevantes, algunas convergencias y diferencias o posturas más polémicas.

 

Consensos y convergencias

1. La importancia del proceso del duelo. Esta problemática presenta un acuerdo semántico casi universal. Ha sido explícitamente abordada (como vicisitud del desarrollo psíquico temprano) por Melanie Klein y alguno de sus continuadores como Herbert Rosenfeld. John Bowlby la refiere a un núcleo fundamental dentro de su introducción de la perspectiva del apego, señalando que las distorsiones y las patologías de los duelos constituyen uno de los aspectos explicativos de los sufrimientos depresivos.

Cabe agregar que el trabajo de Freud Duelo y melancolía condensa las características de un texto básico de valor actual, relevante en el campo psicoanalítico de las depresiones. Esto puede registrarse tanto en las menciones explícitas (por ejemplo Kernberg), así como por la jerarquía otorgada a las problemáticas de las pérdidas y sus consecuencias y las diferencias entre los procesos más saludables, hasta los duelos patológicos y su incidencia en sufrimientos depresivos de distintos grados.

2- El concepto de M. Klein de posición depresiva muestra acuerdos con autores que cuestionan otros aportes kleinianos como E. Zetzel. Ésta rescata la coexistencia de modalidades positivas o amorosas y negativas o agresivas con cierta posibilidad de síntesis denominada en léxico kleiniano posición depresiva. Sintéticamente Zetzel valoriza dentro de la contribución kleiniana el vínculo significativo entre depresión y el desarrollo de conflictos en la relación objetal temprana. Este mismo aspecto es enfatizado por Rosenfeld, quien resalta la importancia de la posición depresiva y la conexión que Melanie Klein realiza entre vicisitudes de tal posición infantil y la problemática de la depresión adulta, pues parece que Melanie Klein no realiza una analogía absoluta, entre ambas situaciones y se insinúa una relación explicativa causal  entre las mismas.

A estas perspectivas podría agregarse la postura de Otto Kernberg en comunicaciones más contemporáneas, para quien el concepto de posición depresiva puede aludir a la escisión en el psiquismo infantil entre las relaciones idealizadas y las persecutorias. Agrega que al predominar los aspectos agresivos se impide la consolidación de un objeto bueno internalizado.

3- La importancia de la autoestima herida como expresión de sufrimientos narcisísticos y sus impactos psicopatológicos, uno de los núcleos de mayor relevancia en las contribuciones de E. Bibring, encuentra resonancias acordes en distintos autores como uno de los segmentos centrales en la explicación causal psicopatológica del sufrimiento depresivo. Así, Jacobson coincide en la importancia del conflicto de la autoestima, la ubicación del yo y los conflictos narcisísticos subyacentes.

Otros autores (Bichovsky), aun con terminologías diferentes, parecen centrarse también en el valor de la autoestima cual nódulo conceptual, producto del vínculo entre el registro que el sujeto posee de si mismo y la internalización de aspectos de las figuras significativas que se instalan dentro de sus estructuras tendientes a la idealización. Tal función (autoestima) alterada es la que constituye uno de los núcleos explicativos de mayor universalidad en la práctica psicoanalítica al abordar sufrimientos depresivos.

4- Los mecanismos introyectivos en la estructuración psíquica, dentro del campo peculiar de la problemática depresiva, también resultan generadores de la estructuración y los conflictos de la autoestima. Esta modalidad, que llamamos introyectiva, formulada por Freud al estudiar los procesos identificatorios, es también abordada por Edith Jacobson y refiere particularmente a las nociones de introyecciones de aspectos buenos y malos de la madre y aspectos simbólicos de la relación materno-infantil. Esta línea de aportes puede vincularse con las relevantes contribuciones de Winnicott y Kohut a la psicopatología de las depresiones, es decir, la importancia de las experiencias introyectivas, dentro de las cuales el término y concepto identificación puede resultar una expresión de las mismas (a la manera de la internalización transmutativa en la relación self- objetos del self en Kohut o las funciones maternas incidiendo en el procesamiento témporo espacial del desarrollo temprano en Winnicott). Tales perspectivas pueden constituir un núcleo paradigmático de convergencias de aportes psicoanalíticos anglosajones a la comprensión y abordaje terapéutico de los sufrimientos depresivos.

 

Contribuciones más divergentes

1- Algunos autores enfatizan la relevancia de la regresión y vicisitudes del desarrollo libidinal a la manera de lo planteado por Freud y peculiarmente por Abraham, mientras otros como Bibring cuestionan tal importancia, enfatizando los conflictos y alteraciones dentro de la esfera del yo (término con matices polisémicos en el ámbito psicoanalítico). Tal postura supone el énfasis explicativo ubicado en el conflicto dentro de los componentes representacionales o mediatizadores, sin descartar la influencia de las vicisitudes del narcisismo. En cambio Edith Jacobson reivindica la jerarquización de la regresión libidinal, conectándola con las vicisitudes tempranas de los vínculos objetales del niño, o sea, pretende un concepto más abarcativo con los términos regresión libidinal.

2- Pueden registrarse polémicas puntuales tal como la crítica de Spitz a la posición kleiniana en relación a establecer nexos muy significativos entre posición depresiva (en el desarrollo infantil) y enfermedades depresivas en el adulto. En mi opinión, no resulta muy convincente, pues la posición kleiniana no parece sostener una analogía total entre el funcionamiento psíquico infantil y el sufrimiento depresivo psicopatológico.

 

Contribución de autores franceses

Pueden registrarse convergencias en la explicación de las depresiones: relevancia del narcisismo patológico, la cuestión de las modalidades introyectivas y sus códigos resultantes, la importancia de las pérdidas, la relación del sujeto con sus ideales y los ideales de los otros, las vulnerabilidades en diferentes tramas vinculares.

En la sinopsis de Andre Haynal se plantean reflexiones interesantes en cuanto a las conexiones entre sufrimientos depresivos y conflictos cotidianos (en la misma línea pueden registrarse contribuciones de Kohut y colegas rioplatenses contemporáneos).

En contribuciones más próximas (D. Widlocher), se da prioridad a una concepción interdisciplinaria, teniendo el psicoanálisis su campo propio y específico de explicación (los duelos, la lógica del sentido en el sentimiento de pérdida, el conflicto inconsciente), pero articulado con otros provenientes de la Neurobiología, el entorno social, etc.

También resulta de interés la mención que formula Widlocher referente a la respuesta depresiva ante distintos tipos de situaciones traumáticas, prefiriendo este término (respuesta) al de enfermedad. En otros enfoques psicobiológicos también hallamos el término reacción, sugiriendo que las problemáticas  del sufrimiento depresivo junto a sus connotaciones de conflicto y dificultad existencial, suponen también posibilidades y oportunidades para proyectos de cambio.

 

Enfoques más puntuales o polémicos

Podemos hallar posturas que cuestionan el valor de la regresión (Leibovici), quien refiere en depresiones de los niños la existencia de organizaciones yoicas precoces. Otros, por el contrario (Bergeret), describen la regresión como organización con matices propios que incluyen problemáticas anales complejizadas al articular tal noción libidinal regresiva con modalidades vinculares en los desenlaces relacionales edípicos.

También resultan de interés en la sinopsis de Haynal (citando a Francois Pache) mencionando sufrimientos depresivos en sujetos quienes para ser valorados dependen de los ratings (productos y realizaciones) y no de algo inmanente a la propia identidad o al hecho de existir (cuestiones hallables en padecimientos llamados sobreadaptados en el campo de la psicosomática).

 

Aportes rioplatenses

En una visión general, puede registrarse cierta compatibilidad de los distintos enfoques aunque se trate de una cualidad parcial.

El abordaje freudiano basado en la problemática de la pérdida, la regresión a ciertas etapas, la relevancia de los procesos identificatorios, las vicisitudes del narcisismo, el conflicto intrapsíquico entre el registro del sujeto y el del ideal, denota una perspectiva relativamente consensuada. Asimismo, la incorporación de teorías de relaciones objetales (M. Klein, Winnicott), enfatizando la estructura relacional como causal de variados sufrimientos depresivos.

Podría sostenerse:

1) Que en una visión histórica del desarrollo psicoanalítico rioplatense se complementan aspectos de las teorías básicas de Freud con otras de las relaciones objetales, derivando luego en un énfasis de las cuestiones de la intersujetividad y los vínculos con los personajes significativos en la producción de síntomas y sufrimientos depresivos.

2) Se pueden registrar consensos con producciones de otros ámbitos en relación a la polisemia del término depresión, pues se advierten modalidades muy diferentes con distintos niveles de gravedad y extensión. También puede conjeturarse que los psicoanalistas abordan situaciones depresivas enmascaradas que no se ubican claramente en los cuadros del DSM IV (planteado por M. Baranger, R. Paz y H. Bleichmar, en diferentes contextos conceptuales.

3) La posibilidad de nuevas perspectivas al acentuarse por un lado el valor de las combinatorias singulares en relación a las categorías totalizantes (claramente formulado por Hugo Bleichmar).

4) Parece cada vez más notoria la necesidad de abordajes interdisciplinarios, tanto en el campo clínico como en la fundamentación psicopatológica. Esta perspectiva, clínicamente enfatizada en comunicaciones del Dr. Zieher (ex titular de psicofarmacología) cuestiona afirmaciones  simplificadoras (como las del colega inglés, citado en la introducción).

5) En la bibliografía de autores rioplatenses se jerarquiza notoriamente el estudio procesal del duelo, en particular del duelo patológico (Aslan, D. G. Reinoso, Grinberg).

 

Cuatro perspectivas actuales

Para concluir este bosquejo panorámico mencionaré cuatro trabajos sin dejar de reconocer que en el campo psicoanalítico el término actualidad no posee una connotación tan inmediata como en otras disciplinas. Tres de los autores citados pertenecen a la división geográfica ya introducida, el cuarto corresponde a un destacado colega latinoamericano.

Concretamente me referiré a:

1) El libro cuyo título traduje como Beneficios de la depresión (2001), del francés Pierre Fedida.

2) El trabajo Contribuciones del psicoanálisis a la comprensión y tratamiento de la depresión (1997), de Sidney Blatt, psicoanalista norteamericano que ha estudiado el tema durante los últimos 30 años.

3) El Modelo modular transformacional y los subtipos de depresión, capítulo del libro Avances en psicoterapia psicoanalítica (1997), del argentino Hugo Bleichmar ya mencionado en comentarios anteriores.

4) El tratamiento psicoterapéutico de la depresión, una visión crítica integrada (2003), del colega chileno Juan Pablo Jiménez.

Con la limitación de toda síntesis extrema, señalaré algunas conjeturas que brindan estos aportes.

Primero algunas posibles convergencias. En las tres primeras contribuciones se puede notar un énfasis en las vicisitudes del desarrollo temprano, particularmente en las internalizaciones vinculadas a la valoración y construcción de la identidad nuclear (mencionada en la versión anglosajona como self).

También en estas tres perspectivas se postula la relevancia del concepto autoestima generado por las internalizaciones de los vínculos con los personajes significativos y su transformación en códigos internos del sujeto.

Otro factor de interés se refiere a la aceptación de ayuda psicofarmacológica explícita e implícita, aunque también a sus limitaciones en el caso de Fedida. También puede registrarse que en los tres autores primeros se insiste en la importancia de las cualidades emocionales del terapeuta (empatía, compromiso emocional), lo cual cuestiona la conducta pasiva o la espera de las asociaciones que algunos críticos le objetan al psicoanálisis en los abordajes terapéuticos de los sufrimientos depresivos.

Si se trata de registrar algunas diferencias, puede mencionarse que Blatt se respalda más en investigaciones empíricas (cuestión también privilegiada por Jiménez), casuísticas o de interrelaciones con la Neurobiología y las terapias cognitivas. El colega francés se conecta con planteos antropológicos o humanístico filosóficos, sin dejar de citar a estudiosos como Ronald Kuhn, quien articula cuestiones psicofarmacológicas con otras psíquicas y fenomenológico existenciales.

También cabe señalar que mientras Blatt y Bleichmar insisten en diferenciar modalidades depresivas para articularlas con tipos de abordaje, coinciden con Fedida en un análisis intenso con tiempos abiertos y alta frecuencia, en el caso de Blatt para lo que él llama depresiones introyectivas y en el caso de Fedida para las problemáticas depresivas en general.

También vinculado a las taxonomías del campo depresivo, mientras Blatt considera dos grupos, Fedida se refiere a las depresiones en general y Bleichmar formula una minuciosa categorización de diferentes subtipos delimitados por variados parámetros y combinatorias.

En cuanto a los aportes de Juan Pablo Jiménez, los he separado ex profeso, pues sin plantear alternativas contrastantes, examina algunas perspectivas diferentes, que pueden resultar ampliaciones de los aportes psicoanalíticos citados.

Se trata de un colega interesado en cuestiones de la investigación empírica, en estudios comparados de distintas técnicas psicoterapéuticas, en la inserción del psicoanálisis en el campo de la salud mental.

Uno de los territorios abarcados (conectado con la medicina basada en la evidencia) propone una fundamentación más rigurosa de la práctica clínica y la terapéutica.

En el campo de las problemáticas depresivas, Jiménez examina y discute cómo se articulan las explicaciones psicoanalíticas de las depresiones con el funcionamiento clínico, los problemas terapéuticos, los estudios de investigación sobre resultados provenientes de otros ámbitos conceptuales y psicoterapéuticos.

 

Conclusiones

Habiendo iniciado esta comunicación con una cita de un reportaje (en un medio de circulación masiva), a un especialista de notorio curriculum formal en el campo psicofarmacológico, caben algunas reflexiones tras este somero examen de contribuciones psicoanalíticas a lo largo de varios decenios:

1- Si bien las producciones de los autores psicoanalíticos no representan convergencias y discusiones globales y ordenadas, existe la posibilidad de inferir perspectivas de aportes en los planos psicopatológico, explicativo, clínico y de abordaje, con un armado laxo de consensos y diferencias.

2- Pretender (como lo realiza el entrevistado) ofrecer un modelo unificado y simplista de lo que se llama psicoanálisis, es desconocer que se trata de una disciplina, cuyos practicantes en sus estudios sobre el tema en los últimos ochenta y tres años han discutido, desarrollado y también modificado sus propias hipótesis.

3- Del reportaje pueden surgir conclusiones desorientadoras. Así si se sostiene como finalidad terapéutica la exclusiva supresión de la depresión, se minimiza la posibilidad (sostenida también por jerarquizados integrantes del campo psiquiátrico y psicobiológico) de que crisis y sufrimientos depresivos, procesados terapéuticamente, pueden implicar una oportunidad de replanteos de crisis vitales.

4- Pero también este tipo de críticas (o descalificaciones) pueden constituir una oportunidad para  un examen crítico respaldado en argumentos, indagando nuestro propio campo (a veces muy polisémico), pero también con múltiples producciones y aportes, algunos de los cuales intentamos examinar. Pueden surgir de tal intento ciertas conclusiones:

a) Cuando los psicoanalistas mencionamos las problemáticas depresivas, aludimos a una red compleja de fenómenos que incluyen la temática de deseos y valores en el campo del narcisismo (paradigmáticamente expresados en el concepto autoestima), su relación con procesamientos de las pérdidas, su adquisición a través de los procesos identificatorios, sus peculiares funcionamientos inconscientes. Para tal finalidad se registra la utilización de teorías básicas freudianas, junto a otras de distintas fuentes que enfatizan las cuestiones de la intersujetividad y los vínculos del sujeto con sus personajes significativos.

b) En este contexto hablar de la depresión en singular, pierde interés operativo. Al referirnos a la temática depresiva en el sujeto tal, estaremos aludiendo a la mencionada red compleja de fenómenos. Tal formulación se articula, en la bibliografía examinada, con consensos en cuanto a la polisemia del término depresión, advirtiéndose modalidades diferentes con distintos grados de gravedad y extensión.

c) Surge la posibilidad de nuevas perspectivas terapéuticas (que también intentaré resumir en el gráfico 5 por la mencionada necesidad de síntesis), al privilegiarse el valor de las combinatorias singulares sobre las categorías totalizadoras a priori.

d) Continuando con diferentes debates acerca de los aportes psicoanalíticos, surgen preocupaciones compartidas en relación a la necesidad de abordajes interdisciplinarios, investigación de procesos psicoterapéuticos, conexión con aportes psicofarmacológicos y de conflictos y dinámicas familiares.

En cuanto a la polémica que disparó esta comunicación, espero (como señalara en la introducción) haber evitado análisis panfletarios o corporativos para utilizarlos cono recurso motivador para un examen panorámico de nuestro campo disciplinario.

 

 

 

LAS PROBLEMÁTICAS DEPRESIVAS: CONTRIBUCIONES PSICOANALÍTICAS

CUESTIONES SEMIOLÓGICAS

MODELO S. FREUD

Aflicción (duelo)

Melancolía (duelo Patológico-depresión)

· Pérdida de interés en el mundo externo.

· Pérdida de interés en el propio yo.

· Pérdida más consensualizada.

· Pérdida en código más personal.

· Mantenimiento de funciones vitales (sueño).

· Insomnio.

· Tristeza.

· Autorreproche.

·Mantenimiento del sentimiento del SI.

· Relajamiento y ataque a la imagen de SI.

Gráfico 1 

 

S. FREUD

DINAMISMOS

Duelo

Melancolía

· Trabajo de aislación del objeto perdido.

· Regresión narcisística despertada por la pérdida.

· Procesamiento a través del registro de afectos penosos.

· Instalación del objeto perdido en un sector del sujeto.

· Aceptación de la pérdida como conclusión productiva del trabajo.

· Ataque  del  sector ocupado por el objeto hacia el sujeto.

· Redistribución de las investiduras libidinales objetales vinculadas al objeto perdido.

· Creación   de  una herida  que   absorbe energías del   sujeto  y genera necesidades  de compensación y sufrimientos varios.

Gráfico 2

 

 

S. FREUD

EXPLICACIONES METAPSICOLOGICAS

Duelo

Melancolía

· Por la índole objetal de las investiduras el trabajo del duelo mantiene una conexión de accesibilidad con el sistema         consciente.

· La herida presenta investiduras no conectables con  la Consciencia.

· Tiene lugar en el ámbito yoico en el espacio    

relacional de las vinculaciones con el objeto.

· La oposición entre los  componentes introducidos  en  el sujeto ante  las resultantes regresivas  de  la pérdida y sus predisponentes implican un sistema de ataque entre el ideal y el yo.

 

· Es fundamental etiológicamente el vínculo con el objeto perdido basado en una elección narcisística de objeto dominante (narcisismo   primario).

 

Gráfico 3

 

 

LAS PROBLEMÁTICAS DEPRESIVAS: CONTRIBUCIONES PSICOANALÍTICAS

MODELOS EXPLICATIVOS

EN S. FREUD

Vicisitudes del Narcisismo: Sistema conceptual que intenta dar cuenta acerca de cómo construye el psiquismo del sujeto sus categorías valorativas acerca de si mismo y los otros significativos, sus interferencias y conflictos.

Procesamientos psíquicos de las pérdidas: Vinculado a la noción de trabajo psíquico puede tener matices elaborativas o interferentes con la salud psíquica (duelo patológico)

Los procesos identificatorios como estructurantes del psiquismo: Refiere a la influencia de las relaciones entre el sujeto y sus personajes significativos sobre la estructura psíquica del mismo y sus consecuencias productivas o psicopatológicas.

 

Gráfico 4 

 

LAS PROBLEMÁTICAS DEPRESIVAS: CONTRIBUCIONES PSICOANALÍTICAS

CUESTIONES DE ABORDAJE

PERSPECTIVA CLÍNICA GLOBAL

 

Cuando se tratan sufrimientos depresivos, el proyecto terapéutico implica intervenir en el complejo circuito productor de la función llamada autoestima que incluye la representación que el sujeto posee de si y sus expresiones a través de indicios discursivos.

 

Los cambios conectados con las explicaciones psicopatológicas no se reducen a la conscientización de los conflictos sino abarcan la renarcización producto del vínculo intersujetivo contenido en la relación terapéutica.

La desidentificación se concibe como cuestionamiento de códigos allenantes más que de personajes o figuras.

La interpretación necesita presentar modalidades diferentes a los enunciados posibilitadores de funcionamientos depresivos (descalificación, desvalorización, parte por el todo, binarismo), para ello son relevantes la forma, el contenido (concientización de reglas y códigos identificatorios) y el dosaje.

 

Gráfico 5


 

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