aperturas psicoanalíticas

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revista internacional de psicoanálisis

Número 028 2008 Revista Internacional de Psicoanálisis en Internet

Memoria y Trauma. ¿Cómo se forma? ¿Cómo se evoca? ¿Cómo se extingue?

Autor: Medina, Jorge

Palabras clave

Memoria original, Memorias traumaticas, Miedo aprendido, Memorias aversivas, Proceso agudo, Proceso cronico, Cambios, Circuitos cerebrales, Sensacion subjetiva de recuerdo, Sistema amigdalino/hipocampal, Activacion neuronal, Evocacion, Olvido, Extincion.


Vamos a hablar de cómo se estudian las memorias traumáticas, no desde el punto de vista molecular sino del punto de vista de la experimentación y veremos qué cosas se aprenden de los modelos de memorias traumáticas que están estudiándose en el mundo.

La ventaja es estudiar la memoria traumática como modelo de memoria general, que es el modelo más sencillo. Sacando un par de grupos de Kandel y alguno que otro más, casi todo el mundo está estudiando diferentes tipos de memorias traumáticas. Unos lo llaman en inglés fear conditioning, otros le dicen miedo aprendido, memorias traumáticas, otros, memorias aversivas, memorias con mucho stress ó situaciones de trauma. Hay diferentes formas de llamaras pero, básicamente, es todo lo mismo.

Les voy a contar qué es lo que hoy se conoce de memorias traumáticas, sin hacer tanta mención a las moléculas implicadas, sino más a los procesos que tienen que ver con las mismas.

Un proceso de una memoria especialmente traumática puede ser agudo o crónico, ya que las memorias pueden ser originadas en un único evento o en muchos eventos repetidos. Da la casualidad que muchas de nuestras memorias devienen de eventos únicos.

Las memorias traumáticas son únicas, no es que se las aprende muchas veces, no es como estudiar. La experiencia de una memoria traumática puede ser un hecho único o un hecho repetido que en muchos casos puede ser único: “Me pasó algo por única vez”, “No he sido abusado todas las semanas”. Tenemos las dos variantes, por eso quiero dividirlo y quiero contarles cuáles son los modelos de memorias traumáticas de eventos únicos, no de eventos múltiples, de repeticiones.

 Ya que nosotros acabamos de mandar los trabajos que demuestran, sin entrar a menciones las moléculas involucradas, que dicen lo siguiente: El aprender dos veces lo mismo no utiliza los mismos mecanismos que para aprenderlo por única vez. En otras palabras: la segunda vez que lo aprendo utilizo mecanismos distintos y áreas cerebrales distintas. Eso es lo que mandamos a publicar ahora. El mismo hecho lo aprendo otra vez, es decir que lo termino aprendiendo mejor, ya no es el hipocampo por ejemplo el que se activa, sino otras áreas.

Volviendo a las memorias traumáticas, voy a tratar de describir qué es lo que se conoce y para eso voy a ser lo suficientemente amplio para incluir a todos los autores que han publicado trabajos hasta la semana pasada, qué es lo que se descubre con las memorias traumáticas. Entonces: las memorias traumáticas requieren de hechos únicos, requieren de síntesis proteica.

No hay memorias traumáticas si no hay cambios en la estructura de los circuitos cerebrales. Para que se guarde un trauma se requiere un cambio en los circuitos cerebrales. Para que haya un cambio en los circuitos cerebrales se requiere que se movilicen las sinapsis y haya cambios en la expresión de genes. ¿Cuánto dura eso? Nadie lo sabe ¿Por qué yo recuerdo conciente o inconcientemente una memoria traumática? ¿Por qué la tengo guardada? ¿Cuál es el mecanismo que la guarda por tanto tiempo? Uno puede hablar hoy de cómo se forma una memoria traumática. Se conocen las áreas, se conocen los mecanismos, más allá de que algunos digan: es más amigdalino que hipocampal  y otros digamos: es tan hipocampal como amigdalino. LeDoux es mucho más proclive a la hipótesis amigdalina que a la de otras estructuras, es decir da más importancia a unas estructuras que a otras o a algunos circuitos que a otros. Pero básicamente se habla de la misma estructura, de las mismas regiones. Lo que sí queda claro, y es lo único que voy a hablar de proteínas es que para formar una memoria traumática se requiere de síntesis proteica, de un cambio de la estructura en ciertos lugares del sistema nervioso. Cuanto más fuerte es emotivamente esa memoria, más se guarda y más está el sentimiento del recuerdo, lo que se llama en inglés el feeling of remembering. La sensación del recuerdo es más fuerte cuando es más fuerte el contenido emocional, a pesar de que el hecho concreto a lo mejor se recuerde igual que cualquier otro neutro, pero la sensación subjetiva de recuerdo es mayor. ¿Qué pasa cuando uno quiere evocar esa memoria traumática? Ahí empiezan los problemas, porque en realidad una memoria traumática uno desearía poder olvidarla, que desaparezca. Olvidar en serio, no reprimirla ni suprimirla. Es decir, ni la represión inconciente ni la supresión conciente, Pero no hablo de eso, lo que estoy diciendo es: Señores, hay un mecanismo cerebral, puesto en marcha nadie sabe cómo aún, que hace que uno se olvide, que no lo guarde. Qué lindo sería olvidarlo, es una opción, pero la otra opción es que no se olvida. En realidad cuando uno se expone al recuerdo de esa memoria traumática o de algunos eventos de la memoria traumática, qué lindo sería que en lugar de reforzar esa memoria, se vaya debilitando, se vaya extinguiendo esa memoria. Y ahí está lo que hoy se suele estudiar: Ver cómo hacer para extinguir memorias traumáticas. Facilitar el mecanismo de extinción de una memoria traumática. ¿Cómo se define la extinción de una memoria traumática? Para eso voy a invocar a Pavlov que fue quien lo describió. Pavlov lo describió para ciertos reflejos condicionados, pero esto se aplica a cualquier memoria, en particular para las memorias traumáticas: La extinción de una memoria traumática es la disminución paulatina de la respuesta a la evocación de esa memoria ante la exposición repetida de la situación, que lo que está haciendo es no reforzarla.

Por ejemplo, si yo pongo los dedos en el enchufe y me da un shock eléctrico, lo que voy a intentar es no volver a ponerlos, pero si alguien me dice Quedate tranquilo, ponelos que no te va a dar shock, los pongo y no me da el shock, entonces empieza a producirse un fenómeno de extinción. Más ganas o menos problemas voy a tener de poner los dedos nuevamente en el enchufe, porque se inicia el proceso de decaimiento de la memoria original.

Una cosa es olvido y otra es la extinción de una memoria. La extinción de una memoria, en realidad, es la disminución de una memoria traumática original a expensas de la generación de una nueva memoria: pongo los dedos y ya no tengo el shock, o hago tal cosa y no me pegan, por ejemplo. Entonces me parece que el planteo es: ¿La extinción de las memorias traumáticas es posible de facilitar? ¿Con drogas o con la conducta? ¿Con el habla? ¿Es posible hacerlo? En eso están trabajando muchos grupos en el mundo, sobre extinción de memorias traumáticas. Lo que uno debería hacer si fuera terapeuta es evitar el reforzamiento de las memorias traumáticas, porque cada vez que evoco conciente o inconcientemente una memoria traumática, por el contexto interno o externo, la estoy reforzando, estoy generando algo contraproducente. Entonces, cuando uno evoca una memoria pueden ocurrir esos fenómenos de extinción o reforzamiento. El tema este del reforzamiento es una preocupación muy actual y se lo conoce con el nombre de reconsolidación. Joseph LeDoux, investigador muy importante para la Neurociencia, en el área de Memoria Traumática, sostiene que las memorias traumáticas se refuerzan de esta manera y se reconsolidan.

Han aparecido a favor de la postura contraria a esta última un par de trabajos en el último mes, que me provocan alegría, ya que yo tengo una postura distinta a éstas, yo tengo una postura cautelosa en cuanto a la reconsolidación, pero es un tema que podemos discutirlo más adelante.

No todas las memorias traumáticas deben reconsolidarse porque es un gasto energético cerebral impresionante. Imagínense que yo ahora me ponga a recordar ciertas experiencias. En ese momento LeDoux pregunta “¿Me voy a tener que poner a reformatear y reconstruir todas esas memorias? Gasto energético, síntesis proteica, etc… ¿Tan rápido lo puedo hacer? Es un tema para discutir. Pero esta extinción abarca a un olvido.

 Es que muchas veces cuando uno está en proceso de extinción  de memorias traumáticas aparece un fenómeno que se llama recuperación espontánea de la memoria original. Por ejemplo: Si yo tengo una memoria original traumática, con la presentación de un estímulo que no la refuerza, e intento extinguirla.

Se puede llegar a producir, de todos modos, la recuperación espontánea de la memoria traumática.

Conductualmente ese animal o esa persona siente, expresa, dice ó actúa cada vez con menos memoria original y más memoria nueva (tomando el ejemplo anterior, pongo los dedos en el enchufe y no hay shock) y de repente ocurre que por algún hecho que podemos discutir, esa persona cuando se le dice Ponga los dedos en el enchufe dice No, porque voy a recibir un shock eléctrico otra vez. Entonces ¿Por qué recuperó la memoria original traumática? Eso se llama recuperación espontánea, y esto ocurre consistentemente cada vez que uno intenta forzar la extinción. En otras palabras, la recuperación espontánea de la memoria original traumática no es un hecho infrecuente, es un hecho que ocurre muy seguido, cada vez que yo extingo memorias traumáticas. Por ejemplo: hay algo que en la psicofarmacología  y en el estudio de memoria se conoce como drogas colinérgicas, que son drogas que mejoran la memoria. Entonces: yo tengo una memoria traumática y la empiezo a extinguir, entonces el animal deja de tener la memoria original traumática porque no la puede expresar porque la estoy extinguiendo con un método que no refuerza que, al contrario, extingue esa memoria. Entonces decido darle un agente colinérgico en pleno proceso de extinción de la memoria, antes de un nuevo test de evocación el animal empieza a recordar la memoria original, porque nunca la tuvo olvidada, la tenía guardada pero escondida porque se estaba extinguiendo.

Es decir, la memoria original se extingue, no se olvida, está ahí escondida, agazapada. Esa es la diferencia entre olvido y extinción. El olvido es la desaparición de una traza de memoria y la extinción de una memoria traumática es la no expresión conductual de esa memoria, pero después de todo la memoria está. Y la puedo traer espontáneamente, por alguna razón que no viene al caso discutir, o inducida por drogas. Entonces, en el experimento que mencionaba antes, con algunas drogas yo puedo traer lo que supuestamente estaba olvidado, pero realmente no estaba olvidado, estaba guardado. Entonces, tenemos un problema desde el punto de vista de los neurobiólogos, estamos estudiando una memoria traumática cómo se forma, cómo se evoca, cómo se extingue, estamos aprendiendo recién en los últimos tres o cuatro años cuáles son los mecanismos de extinción de una memoria.

Y estamos aprendiendo a que ocurran fenómenos de volver a la memoria original. Y por último, todos esos hechos que estoy contando, la formación la extinción, la recuperación y la reinstalación de la memoria son todos procesos que requieren de la reestructuración de los circuitos cerebrales, es decir que requieren de síntesis proteica y expresión de genes. Entonces, la base de todos los procesos claves de la memoria en el ser humano y en los animales es que requieren al principio de síntesis proteica y cambios en los circuitos cerebrales. Cuando se extingue o reconsolida una memoria traumática requiere cambios en los circuitos cerebrales, cuando se recupera también. Por lo tanto estamos en un callejón sin salida, al menos por ahora. Yo que hace un año pensaba: “Todos los mecanismos hermosos que estamos averiguando en facilitar la extinción de la memoria traumática por drogas o por acciones conductuales, ahora, como hizo Pavlov. Pero no nos podemos ir del límite porque la recuperación espontánea de la memoria original traumática está detrás de todo esto. Es decir: está claro que hay que trabajar sobre la memoria original traumática. El mensaje que estoy dando es: Si yo le doy una cosmética a la memoria original en forma de extinción, si tengo suerte no la voy a expresar conductualmente, y si no tengo suerte va a reaparecer la memoria original. Entonces, hay que buscar la forma de llegar a esa memoria original que está escondida y hay que acceder de muchas maneras. En eso estamos trabajando experimentalmente, no en humanos porque no se puede, y los animales por desgracia la única expresión que tienen es la conducta y no sabemos qué piensan sino a través de las conductas, se expresan a través de las conductas. El humano lo hace a través de las conductas y de las palabras y de otras cosas que en los animales aún no tenemos los códigos como para entenderlas.

El otro día escuché a un argentino que trabaja en la Universidad de Oxford, que se llama Alex Kacelnik, que ya estuvo acá y dio una charla sobre cómo los animales hacen cosas que uno piensa que no pueden hacer. Expuso el caso de la cuerva Betty, y de los loros, unos loros que son de Nueva Caledonia, una isla de Micronesia, que sin conocer la herramienta, porque le dieron algo que no es de su medio natural, ellos construyen herramientas para poder resolver problemas. Es increíble porque si se les da un elemento derecho y no lo pueden levantar –un alimento, por ejemplo– entonces buscan darle la vuelta, encorvarlo, para levantarlo como a una canasta, realmente hacen cosas impresionantes. Y hacen otras que son más complicadas de explicar ahora donde se nota claramente que hay algo que parece humano. Realmente los animales, a través de sus conductas, nos enseñan algunas cosas. Nosotros en este momento sabemos mucho más sobre memorias traumáticas que hace diez años y mucho más que hace cinco también. En términos neurológicos, en términos bioquímicos, en términos farmacológicos y en términos conductuales. Estamos entendiendo el proceso conductual de las memorias traumáticas, mas allá de la bioquímica, mas allá de las espinas dendríticas y todo eso.  Obviamente, cada vez que hay una memoria traumática se nos llena de espinas dendríticas, más dendritas, más sinapsis, más de todo.

Esto lo estamos aprendiendo, pero no estamos aprendiendo cómo resolver las cuestiones de esa memoria traumática, el impacto que genera la memoria traumática en los circuitos cerebrales. Entonces, creo que en los próximos tres a cuatro años vamos a tener una idea mayor sobre cómo atacar, al menos en animales, cómo resolver de alguna manera, cómo encarar las memorias traumáticas que uno le inflinge a los animales para estudiarlos.

A lo mejor en tres o cuatro años el trauma y la memoria traumática empiezan a verse en el humano con alguna visión un poco menos alejada.

Sin dar muchos detalles, espero haberles dado un pantallazo de cuál es el estado de situación sobre algunas cosas de la memoria.

Coordinador: Pero ¿Cómo sabés que es una memoria original?

JM: Mi planteo y el de otra gente también es algo así: Yo tengo una memoria original o un grupo de memorias originales, que están recubiertas de memorias menos originales porque son los cambios sobre una memoria original, como las capas de la cebolla. La pregunta es ¿Cuál es el núcleo? ¿Cuál es la memoria original? Lo que uno hace es pelar esa cebolla hasta que no aparece otra cosa, entonces uno debería asumir que esa es una memoria original. Pero también te podría decir que si una persona no puede verbalizar en su vida o en su tratamiento estos defectos o sin que un observador externo se dé cuenta que esto está ocurriendo a base de una verbalización que se entiende que está evocando o expresando una memoria primitiva u original, si no existe ese fenómeno, yo no puedo decir que esa persona tiene ésa memoria original. Esto es comprobación, si yo no puedo decir: Yo sufrí tal daño, Yo estoy así porque algo me pasó, si no lo dice de alguna manera así, yo no puedo como observador decir que tiene tal memoria, sólo cuando lo hace puedo decir que tiene tal memoria.

Por asociación emotiva o por lo que sea, el observador se tiene que dar cuenta y decir: Ah, está esto. Después, la forma en que se lea puede ser distinta, ustedes lo pueden leer de una manera y yo de otra, pero si no se lee, si alguien no lo lee, no se sabe si hay memoria. Uno intuye que está esa memoria por los efectos posteriores, por la sintomatología, algo está expresando de tal o cual forma, ahora ¿Eso implica que tiene una memoria original? Hay que ir a buscarla, pero si él o ella no lo expresan en algún momento, de manera verbal o conductual, pero si no lo hace de ninguna manera yo no sé que tiene.

Intervención: ¿Por qué es lo mismo memoria original que memoria traumática?

JM: Yo creo que las memorias originales son las memorias que generan la estructura de nuestro psiquismo, estas son todo el grupo o familia de memorias originales, que pueden ser traumáticas o no traumáticas, pueden ser placenteras. Yo no sé lo que pasa en los humanos, puedo decir cómo es en los animales. En los animales los cambios en la memoria traumática desde el punto de vista molecular bioquímico son parecidos, en términos generales, a los cambios que se ven en la memoria placentera, pero son mucho menos visibles, son menos evidentes molecularmente las memorias placenteras. Es decir, yo a un animal le genero una memoria traumática, estudio su cerebro y es una modificación fenomenal, pero en las memorias placenteras tengo que buscar mucho más allá para poder encontrar algo, a pesar de que los cambios parecen ser cualitativamente parecidos en algunas cosas, pero lo florido de los cambios traumáticos es enorme, los cambios son enormes.

Intervención: La asociación libre podría llevar a la reconsolidación.

JM: Yo hago terapia hace once años y mi investigación en memorias traumáticas es en forma experimental. A mí me sorprende ver algunas cosas que les pasan a los animales, a pesar de que yo no creo que haya reconsolidación, por lo tanto no estoy en contra del valor del recuerdo, pero hay muchos autores que están suponiendo y están mostrando evidencias de reconsolidación. Por lo tanto si hay una reconsolidación, cuando uno hace asociación libre podría, sin darse cuenta, reforzar ciertas memorias.

Intervención: En Europa, por ejemplo, preocupa mucho el tema de la retraumatización.
JM: Claro. Mirá si por alguna razón en la asociación libre el que está asociando libremente empieza a reformatear su memoria y por alguna razón que alguno no controla, ya no es un reforzamiento externo, el reforzamiento puede venir desde adentro, esto refuerza una memoria original traumática. La posibilidad existe al menos teóricamente. Yo prefiero que quede en la teoría y no pase a la práctica.

Los autores que hablan de reconsolidación están directamente jugando con que esto pueda ocurrir. Nosotros y diez grupos más no estamos encontrando reformateados de memorias traumáticas, eso habla a favor de la asociación libre, pero hay mucha gente preocupada por este tema. El tema de la reconsolidación en memorias traumáticas es hoy de gran actualidad. Supongo que esto va a ser tratado en muchos campos cuando se hable de trauma y cosas por el estilo. ¿Por qué? porque están extrapolando experimentos de animales y están pensando qué pasaría si le llega a pasar lo mismo al humano.

Intervención: ¿Qué determina lo traumático de una memoria desde el punto de vista molecular?

JM: Voy a hablar de lo molecular neurobiológico. Una memoria traumática se diferencia de una placentera por la gran activación que ocurre en ciertos circuitos del cerebro que involucran al sistema amigdalino/hipocampal. Las placenteras también, pero la activación es distinta, es muy fuerte el compromiso de activación neuronal en una memoria traumática. Entonces los cambios que se observan químicamente son más marcados.

Un solo episodio traumático produce cambios más fuertes que muchos episodios placenteros. Se requiere mucho episodio placentero, durante mucho tiempo para igualar los cambios que produce un episodio traumático. Una experiencia aversiva que genera una memoria traumática hace cambiar fuertemente muchas regiones del cerebro, en cambio a lo placentero le cuesta más.

La pregunta es: ¿Evolutivamente, no hubiera convenido tener un mecanismo por el cual lo placentero generara más y mejores cambios que lo aversivo?

A lo mejor por el éxito de la especie, no. A lo placentero le cuesta acceder a los cambios en el cerebro.

Intervención ¿La expresión conductual de una memoria traumática, es siempre lineal y directa o puede quedar latente y ser la causa de que una memoria traumática en el adulto se exprese?

JM: Si en los animales podemos ver una batería de conductas que demuestran claramente cierto estado latente, imaginate en el humano. Ya nosotros estamos reconociendo un montón de variables que apuntan a lo que vos decís en el animal. En una rata, en un ratoncito, imagínese en un humano. Claramente es así, no es lineal. A veces sí, como en el ejemplo del enchufe, o con una hornalla.

Intervención: ¿Como serían las no lineales?

JM: Las no lineales son casi infinitas, son muchísimas. Nosotros estamos llenos de las no lineales.

Intervención: Una paciente violada a los cuatro años, durante mucho tiempo no pudo recordar en palabras, porque cada vez que lo recordaba en palabras la crisis de angustia, el odio, eran insoportables. A medida que transcurre el tiempo de análisis ella va pudiendo hablar de ese episodio y aparecen, por ejemplo, cuestiones fóbicas que ella misma las va ligando a ese episodio traumático brutal. ¿Cómo se explicaría eso biológicamente? Porque yo también me preocupé, me dije ¿Qué pasa si esta chica sigue hablando de eso? ¿Se le hace un problema en los circuitos?

JM: Si esa chica empieza a hablar de eso, y lo habla sin un reforzamiento interno o externo importante, esa chica lo que está haciendo es extinguir la memoria original traumática. Está quitando, si se quiere, toda la fuerza a esa memoria. Si ella pudiera contarlo bien, va a terminar con un grado disminuido de feeling. Porque está extinguiendo. Hay que cuidar de que no recupere espontáneamente la memoria original.

Intervención: ¿Qué se sabe del olvido?

JM: Acerca del olvido no se sabe nada, no hay nada publicado, hay alguna cosa por ahí pero nada concreto. Pero hay quien dice que es al revés, que la memoria es una pequeña laguna en el océano de olvidos. La idea de Borges es: en el mar de olvidos hay algunas islitas que son la memoria.

Algunas aclaraciones desde el punto de vista neurobiológico. El hipocampo o la amígdala o lo que sea, parece jugar un rol limitado temporalmente en el guardado de la memoria traumática, o cualquier memoria. Se ha visto en humanos y hay evidencias en animales desde los años 90, que dicen claramente que la memoria traumática o no traumática, al cabo de un tiempo se guarda en la corteza cerebral, se independiza del hipocampo, y se instala en estructuras más corticales.

Por lo tanto, el vaciado sólo debería ocurrir en los primeros tiempos de la adquisición de una memoria traumática, porque después se vacía automáticamente el hipocampo, porque se va la información a la corteza. Si yo quisiera buscar a la memoria traumática y tuviera la forma de mirar a través de algún estudio, si la memoria traumática tiene más de un año, nunca la voy a encontrar en el hipocampo, nunca. Este estudio se publicó este año. Sobre el guardado de las memorias en corteza hay poco, pero miles de trabajos sobre el hipocampo o la amígdala.

Por cada mil trabajos publicados sobre hipocampo, uno solo empieza a estudiar la memoria en corteza. Todas las memorias de muy larga duración están en la corteza. El Alzheimer recién iniciado ataca primero al hipocampo, entonces perdemos primero la memoria más cercana y nos acordamos de cosas de mucho tiempo atrás. Pero a medida que avanza la enfermedad ataca todas las cortezas, entonces se van perdiendo datos de más tiempo.

Intervención: El concepto la memoria emocional o amigdalina, esa memoria ¿Pasa a corteza?

JM: Hay gente que dice que no, que la memoria no se guarda en la amígdala, y hay gente que dice que si. Es un tema debatido.

Lo que él está planteando es: hay ciertas memorias que por su grado de traumatismo quedan en las áreas límbicas. Yo diría que puede ser que sí y puede ser que no. Lo que debe quedar claro hasta hoy: Todo lo que dura y está bien guardado uno lo puede traer de la memoria que está en la corteza.

El componente emocional es distinto, juega un rol muy importante en recordar el episodio. Uno recuerda más cuando hay más emocionalidad en la experiencia, de eso hay muchísimos experimentos en humanos, pero muchísimos.

Con resonancia magnética y con estudios sofisticados del funcionamiento cerebral, donde claramente la emoción hace que evoque mejor, no el exceso de emoción, el exceso de emoción evoca menos.

Intervención: ¿En el estrés se aprende menos?

JM: Con cierto grado de estrés se aprende más, con mucho stress se aprende menos. Con cierta atención se evoca bien, con mucha se evoca mal.

 

Bibliografía

Izquierdo I y col. TINS 29: 496-505, 2006.

Yehuda R and Ledoux J, Neuron 56: 19-32, 2007

 

Clase establecida por la Lic. Mónica Schvartzapel

 


[*] Conferencia dictada el 26 de noviembre de 2004.  Foro Neurociencia y Psicoanálisis: Cuestiones Clínicas y epistemológicas. Convenio APA – Universidad Favaloro.

 

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