aperturas psicoanalíticas

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revista internacional de psicoanálisis

Número 057 2018

Coloquio sobre "Tratamiento de un paciente narcisista" (Encuentro de la Sociedad Forum de Psicoterapia Psicoanalítica del 25 de noviembre de 2017)

Autor: VV.AA
Para citar este artículo: "Debate sobre un caso de trastorno narcisista (Encuentro de la Sociedad Forum de Psicoterapia Psicoanalítica del 25 de noviembre de 2017)". Aperturas Psicoanalíticas, 57. Recuperado de: http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0001009&a=Coloquio-sobre-un-caso-de-trastorno-narcisista-Encuentro-de-la-Sociedad-Forum-de-Psicoterapia-Psicoanalitica-del-25-de-noviembre-de-2017
Para vincular a este artículo: http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0001009&a=Coloquio-sobre-un-caso-de-trastorno-narcisista-Encuentro-de-la-Sociedad-Forum-de-Psicoterapia-Psicoanalitica-del-25-de-noviembre-de-2017
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Intervención: Quería darle las gracias a Guillermo. Hemos comentado varios aspectos en la mesa, cuáles son los objetivos que traía el paciente, hemos recordado que era la mujer la que le traía quizá un poco como exigencia por sus comportamientos asociales, como una labor más paliativa y hemos recogido que quizá has sido un poco kleiniano, te has dado cuenta de que no quería destruir el objeto y has ido haciendo una labor de maternaje en el sentido de que has ido compensando las oscilaciones de los balances narcisistas; los extremos los ibas llevando hacia la zona media incluso en el episodio en que hubiera podido suponer una vulneración de tu intimidad, incluso verte en peligro. Entonces, el saber leer que realmente era una llamada de atención no un acto de destrucción que pudiera suponer amenaza para ti… que hayas sabido ver eso nos parece muy valioso. Yo creo que como una parte fundamental del tratamiento que le ha servido a él en el sentido de que él vino con una organización, un desbalance tipo Kernberg, una organización limítrofe, y viste que había materia prima para poder ir integrando aspectos que pudiera ir elaborando… que no fuera tanto el acting, como eran los momentos iniciales del tratamiento, y ha ido cohesionando una cierta identidad que le ha permitido no tanto actuar y verse desde el lado más cohesionado, quizá más neurótico.
La pregunta es: ¿Cuáles son los objetivos que trajo él y qué has conseguido de él? ¿Cuál es su estado actual?
Guillermo Kozameh: Bueno, a ver por dónde empezamos… como Emilce recalcó en su comentario, este es un paciente que no tiene conciencia de que puede haber un desequilibrio o conflicto psíquico en él, en absoluto. Todas estas cosas que él hacía las vivía como un logro y un castigo a los transgresores. Fue su mujer y el amor y respeto de él por su mujer lo que hizo que él aceptara esta consulta.
Creo que el logro mío fue que yo trabajo con niños y les tengo mucha paciencia y cariño y eso seguramente facilitó que yo le haya tenido también paciencia y afecto a él. No es el primer paciente narcisista que atiendo, creo que sí es uno de los pocos que he logrado un éxitoporque muchos trastornos narcisistas, abandonaron la psicoterapia aunque haya he trabajado con cuidado y con equilibrio.
No creo que sea en este momento del tratamiento una técnica kleiniana. Cuando Emilce me pidió mi participación me dijo que queríais saber cómo alguien de orientación lacaniana puede trabajar. En la orientación lacaniana se trabaja con muy pocas interpretaciones son excepcionales, y en cambio se subrayan los significantes y lo que hay más allá de la apariencia. (Imaginario lacanianamente). Kleiniano oFreudiano hubiera sido que yo le dijera: “… Bueno, tú estás viendo mis libros, quizás como una forma de curiosear aspectos de mí, o de envidiar aspectos de mí “, como planteaba Emilce que es muy común en los trastornos narcisistas, y opté por subrayar el mirar y el ver y focalizar esa línea en cuanto a la pulsión escópica.
¿Qué objetivos tenía yo? Bueno, uno de los objetivos es que este hombre disminuyera esos actings. Bueno, dicho de esa manera, porque acting in y acting out están en relación con el tratamiento y él tenía estas conductas violentas fuera del tratamiento. Las tuvo durante muy poco tiempo durante la psicoterapia, pero estos episodios de competición tremenda y de violencia, era uno de los primeros objetivos tratar de que él pudiera frenarlos, pensarlos.
Yo recuerdoque cuando él me hablaba de los coches que él pasaba yo le decía con cierto humor “capaz que, además de la velocidad, eran de mucha más calidad que el tuyo”, o sea el humor, pero el humor con afecto ayudó mucho.
Lo mismo cuando yo entré y lo vi ahí sentado… bueno fueron unos segundos de decirle: ¡Fuera de aquí! Y se me ocurrió en aquel momento decirle esta broma de tipo social: “¡Hola!, ¿pasabas por aquí y has subido?, ¿tomamos algo?”, como si fuera un amigo que toca el timbre y sube, con una situación de intimidad que él la buscaba varias veces y yo obviamente no se la daba.
Como el momento en que él me dijo, “¿Tienes un dinerillo ahorrado? Yo te lo hago trabajar… ” Juro que casi le doy el dinero, casi… rompo la relación terapéutica y le digo toma este dinero y hacérmelo trabajar porque era una época en la que España estaba bastante fecunda, ¿no? … (risas).
Bueno, es un comentario largo el tuyo, no sé qué otro punto decías… Ah! los aspectos traumáticos. Para nosotros el trauma, tanto para Freud como para Lacan, es un trauma en dos tiempos, es decir, ese trauma que él relata como una especie de torturador, es un trauma que remite a otros traumas que Emilce ha planteado muy bien con el tema del apego y del abandono. Creo que este muchacho, este hombre, ese episodio que él me relata tiene que ver con todas las situaciones para las que nosotros usamos una palabra muy freudiana que yo no la sé decir en alemán: Hilflosigkeit, que es la desprotección absoluta, la sensación de absoluta indefensión del niño frente a las figuras tutelares. Lacan va a agregar esta indefensión con el trauma del inicio de los significantes y la lengua que lo “retiran” de la fusión o gozo primordial con la madre.
Pero también implica la posibilidad de humanizarse. Lacan siempre juega con esas paradojas que una vez Hugo Bleichmar en un curso que yo estaba haciendo con él (cuando leímos el seminario de la carta robada) nos dijo: Vais a ver que Lacan siempre plantea situaciones que saca de Freud pero les da la vuelta para hacer su propia teoría. Entonces él pone el trauma como un trauma por el advenimiento del lenguaje, y nominar mediante palabras algo remotamente relacionado con representaciones inconscientes.
Yo lo trabajé así también, que para él esa situación era terrible porque no hay una figura tercera que lo proteja del padre de la horda primitiva. O de la madre fusional primaria ¿Y quién hubiera sido la figura tercera? Lacan dice figura tercera para no especificar si es la madre, una empleada de la casa o alguna de las hermanas.
Intervención: Yo cuando te escucho, cuanto más oigo lo que tu supervisor en Paris te decía, más allá por supuesto de un paradigma teórico que estructure la mirada y que nos permita generar una hipótesis acerca de la persona que tenemos enfrente, sí veía una enorme humanidad, más allá de paradigmas, más allá de técnicas que no por eso las desmerezco, creo que son importantes y necesarias. Lo comentaba con ellos… la humanidad que construye un vínculo que en sí ya es terapéutico en cuanto permite tener una experiencia correctora, no sé si será la palabra correcta… pero sí de amor, que el paciente se haya sentido querido y ese componente que no se si tú lo tendrás en cuenta a la hora de valorar, en lo relacional y en lo que se construye me parece que tiene un enorme valor terapéutico.
Guillermo Kozameh: Bueno, es posible que sea una característica mía… yo no tengo hijos entonces a veces eso lo he sublimado a través de los pacientes, pero he fracasado con otros pacientes narcisistas aun teniendo una técnica y cierta actitud mía de contención humanizante sobre todo al comienzo, ¿no?
Quise traer a un paciente para lucirme un poco… pero he fracasado con pacientes muy narcisistas que… bueno, era yo decir algo y escupírmelo inmediatamente y… este paciente también, lo hacía mucho al inicio, algunas cosas las rechazaba… apenas yo le señalaba algún rasgo proyectivo lo negaba.
“Bueno, me callo para siempre, porque todo lo que digo me parece que va al váter… ” Y él aceptaba esta interpretación mía con respecto a lo anal… pero otros no… Yo recuerdo a un paciente narcisista, tremendo que duró un tiempo bastante prudencial para ser tan narcisista… ¡qué muchacho! ¡Por Dios! ¡Y argentino!... ¡o sea que argentino y narcisista es el doble! (risas). Resulta que en un momento dado estornudo, y él dice: “Bueno, voy a volver a empezar porque seguramente tú al estornudar no me has escuchado”. Otra vez, en un momento dado me agarra un acceso de tos, y él dice: “¡Ay qué lástima que estés tan mal del pulmón porque no me puedes escuchar lo que digo!”… Bueno es un muchacho que duró, duró bastante tiempo. Con un machismo, una actitud muy agresiva, y violenta… Su fantasía era que el otro tenía que escucharlo y atenderlo sin ninguna falla.
El analista tenía que representar para él un lugar perfecto, sin fisuras, para cuidarlo a él
Podría nombrarles otro… por ejemplo, recuerdo uno que me dijo que era muy caro lo que yo cobraba, yo sabía que era una persona de muy buena posición económica, y que tenía que disminuirle el precio… y yo en un momento dado-ahí ves, el humanismo no me sirve- disminuí el precio. Y él a la sesión siguiente vino contándome que se había comprado un coche espectacular y que era tan grande que no encontraba dónde aparcarlo debajo de mi consulta… entonces yo no dije nada y él al terminar la sesión me dijo: “Te agradezco que no me hayas castigado porque otro terapeuta cuando yo pido una rebaja y aparezco con un coche tan grande me hubiera hecho alguna interpretación”. Y yo sólo ahí le dije: “¡Ya vendrán, ya vendrán!... ”
Bueno, fue un hombre que estuvo también un tiempo breve pero no son tratamientos concluidos: es decir que lleguemos a la caída de la omnipotencia infantil, elaborar las renuncias que se emparentan con la castración y otro lugar en cuanto a su relaciones vinculares. Este que he traído es un caso particular aunque al principio también me decía: “Vaya gilipolleces, estos psicólogos, mira con lo que me sales… ” “Y con gilipolleces”, le decía yo, “nosotros hacemos así… vivimos de las gilipolleces”… Entonces se reía y a través de eso podía acercarme un poco, ¿no?
Intervención: Pensaba en ese momento clave en donde el paciente entraba en tu consulta, invade tu territorio de esa forma tan agresiva, si yo lo hubiera podido sostener. Mi reflexión es que como mujer, y aquí ya hay una marca, me sentiría mucho más amenazada. Esto es una cuestión que no se puede interpretar, que no se puede anticipar que no va a pasar nada... entender y poner en contexto en la relación terapeuta-paciente ese acto, pero igualmente yo no podría. Yo no hubiera podido, por supuesto, mantener tu posición y yo lo echaría, seguro.
Guillermo Kozameh: Pero tú dices que esto tendría que ver con la sexuación masculino-femenino o género masculino-femenino… no sé yo creo que una mujer… bueno, depende de cada uno, ¿no?... que la mujer se puede sentir más vulnerable... Pero la mujer también puede ser muy fuerte.
Intervención: Cuando hablábamos en la mesa, las mujeres dijeron que habrían sentido miedo y algunos hombres terapeutas decíamos: “No, ¡tampoco pasa nada!... ¿quizá intimida más a una mujer, no?... Íbamos por ahí.”
Guillermo Kozameh: Pero si las mujeres han trabajado en algún hospital, saben que estas situaciones de violencia se dan, ¿no? Sí, entiendo lo que me estáis planteando pero es algo muy particular y personal que depende de cada uno. No hay un manual de las reglas del buen terapeuta.
Emilce Dio: Pero es una impresión contratransferencial. Quizá a tí te dio indignación, rabia, y reaccionaste muy bien con un toque de humor irónico, pero a lo mejor a una terapeuta mujer le hubiera costado más contra-transferencialmente evocar, digamos, esa salida compensatoria. Me parece que eso es lo que nos quieren decir.
Guillermo Kozameh: Bueno, está bien, entiendo perfectamente… yo no soy un hombre fuerte para nada, ni físicamente… él era más grandote que yo pero es curioso… Si me permiten hablar, un momento aunque sea, de que Lacan piensa que un analista puede desempeñarse, vamos a decir, más equilibradamente cuando tiene una posición femenina fuerte. Él plantea una posición masculina y femenina en la sexuación… y él plantea que la posición femenina, no el sexo de la mujer, sino un hombre por ejemplo en posición femenina tiene una actitud de receptividad y sensibilidad que hace que los analistas podamos ser mejores analistas. ¡Por eso tiene tantas feministas en su escuela!, ¡tantas mujeres que lo siguen!
Otra cosa antes que me olvide, es que el supervisor me planteó muchas veces el aspecto filial mío, como hijo, como Hugo comentaba… muchas veces me planteó eso… había una diferencia de edad considerable y además estaba el tema de que de su propio hijo, él había hecho un monumento fálico y narcisístico de que el chico rompiera incluso la biología… fuera más allá de la biología. El aspecto este filial mío podía ser que por un lado él se identificara conmigo como hijo con respecto a su propia infantilidad en la relación terapéutica y en la relación con su propio hijo. Esto que Emilce trajo me hizo acordar de todos sus trabajos de hace tiempo
Emilce Dio: ¿Te responde?
Intervención: … Si pero es complicado…
Hugo Bleichmar: Si, a mí me gustó mucho la presentación. Guillermo es un ejemplo de una actitud cálida, tolerante, realmente es una experiencia emocional correctora. Uno puede tratar de cambiar a un paciente por un lado a través del vínculo, como decía Emilce, él de pronto tiene una actitud grandiosa y Guillermo lo compensa, puede estar deprimido y Guillermo lo compensa por otro lado. La cuestión es si eso forma estructura, es decir, si algunas experiencias, aun cuando sean prolongadas, son capaces de formar estructura.
Mi orientación sería otra. Mi orientación es que el conocimiento que uno tome de uno mismo, el saber de lo que le está pasando, el saber del dolor narcisista, el saber de estar experimentando el sentimiento de ser un pequeñajo rechazado, de no tener a una familia, el poder conectarse con eso y que uno lo haga con tacto sin que sea traumático, ayuda a que la persona pueda hacer una elaboración en que él sea un observador de su propia conducta. Cualquier cambio que nosotros hagamos como terapeutas en situaciones extremas, es vulnerable. Es decir, en un clima como el que creó Guillermo aparecen los mejores aspectos de él, incluso el aspecto lúdico, el aspecto desafiante. Lo de entrar al consultorio de esa forma yo lo tomaría como un juego en que un chico está ensayando pelear un poco con el papá o con un hermano y mostrándole que gana… lo tomaría no como una invasión sino como una picardía narcisizante para él.
El problema es si forma estructura todo eso. En cambio mi idea es que con tacto y con tiempo (la canción pasito a pasito) le voy mostrando los momentos en que él se siente vulnerable y qué reacción le produce el sentirse vulnerable. Le voy dando a él la posibilidad de tener un control efectivo sobre su sufrimiento y sobre su reacción. Entonces yo estaría inclinado… me gustaría compatibilizar el cambio mediante la relación, mediante el vínculo, el cambio mediante la compensación, el cambio mediante la experiencia emocional correctiva, con un conocimiento por parte del paciente de su sufrimiento, sufrimiento negado, es decir, él podrá saber que le maltrataron, que le metieron la cabeza debajo del agua… pero el sentimiento de humillación, el sentimiento de impotencia, de soy un pequeñajo y este tiene todo el poder, eso es a mi modo de ver, lo traumático de la experiencia. No la parte de peligro en la autoconservación, sino la humillación de que lo cojan a uno del cuello, lo metan en el agua que uno tenga que soportar y que no pueda hacer nada. En toda situación en que él siente que hay alguien que le obliga, que hay alguien que le hace algo, le remueve eso y le da toda la rabia y ahora cuando ya eres grande y puedes reaccionar y ahí reacciona como papá y no eres culpable porque es lo que aprendiste… aprendiste que si algo no te gusta… con lo cual uno no lo castiga con su agresividad, sino muestra que es lo lógico, que no le podía suceder de otra manera. Entonces yo creo que ese tipo de tratamiento en donde señalamiento, interpretación, pregunta… va creando en el psiquismo un conocimiento sobre sí mismo que hace que cuando uno sienta la ofensa narcisista pueda pensar: “Bueno, es el otro el que lo dice, ¿por qué yo tengo que responder?... ¿por automatismo desde mi infancia?... y además, ¿mi forma de reaccionar es mía?, ¿o es la forma de reaccionar de mi padre?”. Y eso ya tendría un efecto enormemente transformador porque uno no quiere ser como el padre. Entonces si en un clima no persecutorio, muy lento, uno le va mostrando… No sé, mi convicción… y ya entramos en ese terreno de hablar personalmente… a mí lo que me cambia es saber lo que yo hago, cuando yo me ofendo y la forma de reaccionar… entonces no es simplemente llamarlo interpretación, es ir construyendo una representación de mí, de cómo funciono, de mi psiquismo, de mis traumas, etc.
Así que yo complementaría tu forma de trabajar, que la entiendo… lo de dirigir la mirada, etc., con una comprensión que le mentalice a él lo que él no tuvo como mentalización. Yo creo que el paciente no ha adquirido representaciones y que uno como terapeuta puede darle representaciones para los sentidos. Y una vez que uno empieza a representarse, llámelo uno mentalización o insight, uno queda más libre del automatismo. De modo que yo complementaría con esta línea que es mía. Ahora, me gusta tu estilo. Quiero transfusión de tu sangre… (risas).
Guillermo Kozameh: Bueno, muchas gracias Hugo. Yo estoy totalmente de acuerdo… para nosotros, en la línea freudiana, kleiniana, lacaniana, estamos de acuerdo en que estos pacientes tienen un déficit enorme en los procesos de simbolización o mentalización… totalmente de acuerdo. Este hombre, si logró algo… bueno que logró bastante, no solamente la disminución de esta situación (eso me gustaría comentar luego, que para Lacan el narcisismo tiene que ver con la envidia, con la relación insoportable con el otro que lo ha fundado,constituido), sino que pueda pensar algo. Ahora bien, este hombre terminó la terapia y pensó ¡mucho!, no todo lo que yo hubiera querido… pero bueno, cambió bastante su Otra escena (como lo planea O Manonni).
Antes de la envidia, tú (Emilce) tomaste un punto que también lo trabajamos… este hombre por ejemplo, este agujero enorme afectivo, efectivamente él no lo pudo elaborar ni simbolizar de otra manera que con el ataque. Esto se ve en muchos chicos en los orfanatos también. Hay muchísimas situaciones de violencia en los orfanatos y los cuidadores no saben qué hacer y debajo hay una situación de agujero, depresión o melancolía bastante grave.
Lacan planteó un tema que se puede complementar con lo que Hugo está diciendo del cambio o no cambio… que uno no cambia mucho en la vida… así uno atraviesa la vida, digamos.. Este hombre creo que sacó un recurso de aspecto obsesivo que le permitió normalizar algo de esa situación terrible de envidia y ataque, como muy bien planteaba Emilce, hacia los otros… puesto que a su familia en realidad él, al principio del tratamiento, la veía como un pseudópodo de él, no como algo diferenciado. Entonces cuando su hijo, le plantea “No papá, yo no quiero ir todos los puentes a esta casa que construiste para las vacaciones de toda la familia junta y unida… la pongo en alquiler y me pago un crucero con mi mujer y mis hijos… ”. La familia era una extensión narcisista de él. O también el odio que le dio cuando su hija se puso de novia con este hypie que incluso podía ser comunista…
Un aspecto una que les confieso muy difícil de trabajar con este paciente, es que tenía una ideología política y religiosa muy distinta a la mía, entonces era una cosa que yo por algún momento decía: “¡Ay, Dios mío!. ¿Cómo hago para aguantar esto?... ” porque todo estaba más a la derecha que la derecha, más católico que la católica y la Virgen María… tuve que apretar los puños y trabajar esto que tu decías del “uno” que para Lacan es una mala palabra. El uno es terrible porque se queda en un ideal narcisista primordial y no sale de ahí… no puede hacer dos ni tres.
Hugo Bleichmar: Entiendo, y me parece interesante… Ahora, si uno se desentendiera del contenido de ultraderecha y lo que trabajaras fuera una forma de pensamiento y no el contenido y le pidieras cómo era discutir con el padre, qué pensaba el padre… Porque en realidad el problema no es que sea diferente de uno, porque encontrar un paciente que encaje en el nivel ideológico de uno habiendo tantos matices… o está a la izquierda o está a la derecha, o uno está a la izquierda o a la derecha del paciente, sino lo interesante es si se puede pensar desde otra perspectiva no habitual. Por ejemplo, a mí una de las cosas que me resultan más interesantes es hacer un ejercicio, no solamente para el paciente sino para mí, es: “Si yo fuera éste, cómo pensaría” (si yo fuera cualquiera, no solo el paciente). ¿Cómo pensaría?, ¿cuál sería mi lógica? Entonces, tratar de ver que uno tiene lógicas (tú la llamas “el uno” siguiendo a Lacan), pero son formas de pensamiento y nosotros generalmente trabajamos contenidos, y no formas de pensamiento. El que trabajó formas del pensamiento fue Saphiro. Por ejemplo, la estructura rígida, obsesiva, etc.
Entonces, yo creo que hay una forma de abordar la rigidez, hablando de las formas de pensamiento y de cómo fueron incorporadas esas formas de pensar y es natural que sea así, etc.
Guillermo Kozameh: Si, estoy totalmente de acuerdo Hugo porque en este hombre cuando yo lo recibí no había un pensamiento dialéctico, era un pensamiento dilemático. Era esa situación que Emilce planteaba antes, era tú o yo. Y los que no piensan como yo… por eso se decía en el cuadro de Emilce una pseudo-empatía, es decir, cuando hay empatía es por beneficio propio.
Eso lo trabajábamos en un momento dado y no era fácil… No era fácil dialectizar con él. Pero bueno, el paciente alguna flexibilidad tuvo.
Emilce Dio: Bueno, en este tema del pensamiento único hay bastantes aportaciones, por ejemplo Fonagy y Target plantean algo que es propio de la psicología evolutiva pero permanece en nosotros y en las personalidades narcisistas especialmente. Ellos lo llaman “equivalencia psíquica”.Equivalencia psíquica para designar que el pensamiento de una persona acerca de algo no es concebido como sus ideas, que pueden ser similares o distintas a las ideas de la otra persona, sino que es la realidad y por lo tanto el otro está necesariamente equivocado. El concepto de terceridad que Jessica Benjamin trabaja cuando plantea “un más allá del que hace y me hacen”, se refiere a la capacidad de poder relacionarnos sabiendo todo el tiempo: cuál es mi pensamiento, cuál es el del otro y cuál es la discrepancia, en momento de la experiencia misma.
Guillermo Kozameh: Si, Lacan tiene un trabajo muy interesante, que han desarrollado otros autores sobre " Saber y verdad “, se plantea que el saber es de una construcción, de una flexibilidad, de una variabilidad... En cambio la verdad es propia de los psicóticos en el sentido..., bueno, no sólo los psicóticos... hay gente muy fundamentalista donde no hay posibilidad de ningún tipo de intercambio... Freud abogaba tanto del intercambio desde el Edipo, si algo tiene importancia en Freud en el Edipo no es tanto la mamita con el niño sino el intercambio... No con mi madre pero si con la vecina, no con mi padre sino con éste... Este tema que se plantea para este hombre, llegó con la verdad, creo que algo del saber se adquirió... ¿Se entiende la diferencia? 
Lo que Hugo Bleichmar decía es fundamental, yo creo que hay un afecto que él me tenía, de padre, que lo tenía muy negado, el cariño que también sentía por ese hombre.... durante mucho tiempo en su vida lo tolero como rival... si uno tiene la idea freudiana, pero la locura le agarró cuando este chico empezó a constituirse en hombre, en otro hombre, en otro posible padre.
Emilce Dio: Ese aspecto de la personalidad del padre como una personalidad narcisista con rasgos grandiosos podría haber sido un tema de reflexión y análisis durante el tratamiento.
Guillermo Kozameh: Claro… el padre fue… ¿cómo empleaste la palabra? ¿Un indiano?
Emilce Dio: Un indiano emprendedor. Los españoles que fueron a Cuba y volvieron con cierta fortuna.
Guillermo Kozameh: De alguna manera él sacó muchos aspectos emprendedores de identificaciones del papá. Esa situación, si uno habla del Edipo… pero él habla del odio, odio, odio pero en un momento dado dice que algo sacó y este hombre… Esto los cuentos infantiles lo plantean mejor que los psicoanalistas… “Espejito espejito quién es la mujer más bonita del reino”, hasta que el espejo dijo “Hay una que está mejor que tú” y de ahí la quiere matar… .se ve mucho en la relación de la madre con la hija adolescente… en este caso hay una relación con un padre feroz que cuando vio un hombre que iba llegando… esta conducta era como un filicidio ¿no? Y él se salió con una conducta… podrían haberse… como hacen los chicos, lanzar los cubiertos e irse… .y ahí se salva la situación… se salvó una cosa parricida y filicida… es todo un tema que se trabajaba pero necesitaríamos más tiempo.
Intervención: A mí sí me ha parecido que hay un trauma…, en el sentido de la violencia tan fuerte que él sufrió primero en la indefensión siendo tan jovencito como para que haya que tenido que negar el pánico, el miedo… esas escenas que describiste, al agarrarle el padre la cabeza y golpeársela contra la pared… Creo eso que no solamente habla de trauma narcisista sino también de auto-conservación y que probablemente parte de la violencia que ejerce después tiene que ver con proyectar en el otro y asustar él y con mantener todo el tiempo “forcluido” como tú dijiste, o sea negado el miedo… Y por otro lado veo que la relación que establece contigo también es de cuidado, y también es narcisista, pero cuando el entra en tu casa es porque, muchas veces te ha dicho “aquí pueden entrar y te pueden robar” y por eso es tan cuidador con los suegros que lleva a su casa… O sea, él tiene ahí una parte que no es narcisista sino también de trauma auto-conservativo.
Guillermo Kozameh: Estoy de acuerdo con la descripción que dijo Hugo Bleichmar, que era un niño pícaro aunque, a veces, como el reventar las ruedas… ya se pasa de niño pícaro… y esto que él cuenta, que era importante para él espiar el ataque de ira… puede inocular una cosa de explosión y Emilio Rodrigué había hablado mucho de esto, de inocular para que el otro explote… y tú lo has comentado en una palabra, qué del otro te despierta esa parte…
Emilce Dio: Cuando él en la autopista se topaba con uno que conducía un último modelo a toda velocidad esto le activaba la necesidad de demostrarse a sí mismo que él era superior, y lo hacía por medio de maniobras de riesgo que podían asustar al otro. El se sentía superior y arriesgado, sin miedo. Por medio de la identificación proyectiva inoculaba en el otro inseguridad y riesgo, cuando él vivía la inseguridad de la violencia y humillación de los latigazos del padre.
Intervención: Al ser un tratamiento concluido, ¿cómo fue el final de análisis y cómo lo viviste tú?
Guillermo Kozameh: Curioso… él me debía como dos, tres meses, y me dijo que lo iba a saldar, noté que este hombre mentalizaba más, simbolizaba más… que esas conductas sádicas que había de gozar con eso… implosión… en él era implosión pero explotaba el otro… Yo noté que eso en él había disminuido,no creo que lo ocultara. Apareció mucho el tema del duelo, el duelo en el sentido de este mito, de la familia unida… todos juntos… que lo tenemos todos no solamente él… eso era un dolor que él estaba elaborando, que sus hijos no formaban parte de él, como si él fuera el maestro de títeres… ese es un aspecto. No pagó lo que debía hasta que llegado un tiempo vino y pagó… a partir de ahí se formó una especie de ritual donde una vez en navidades me suele traer algo, me pide si puede pasar un rato por la consulta, no me dice “para una sesión” sino “para verte”… No sé si sería correcto o no mantener esta situación; muchos pacientes no lo hacen, se despiden de ti y se despiden para siempre, ¿no?
Yo cuando empecé a trabajar con él, dudaba si este hombre no sería una estructura psicótica encubierta, por tal déficit de simbolización… y el tema de la verdad, estaba tan absolutamente inamovible en su verdad. Creo que no solamente fue la relación amorosa entre nosotros, porque… en la transferencia, no hablo de la transferencia negativa, sino porque creo que con la mujer, había una línea directa conmigo,… también… no sólo el afecto mío, había una relación buena, muy buena con la mujer y esto también lo sostuvo mucho, la paciencia de esta señora, que le debe haber dicho “¿Qué haces?”, o “No tolero que rompas la casa de esta manera”… creo que ella ejerció un factor interno-externo importante…
Emilce Dio: Su mujer actúa como un regulador externo, y eso quizás se fue consolidando por ti… de mayor quizá, ya no le queda otra (risas).
Intervención: Me quedó la duda en torno a la sexualidad con su mujer, como lo contaste, dio la impresión que al estar obesa se dio por hecho que no había deseo sexual…
Guillermo Kozameh: Completamente de acuerdo con lo que tú dices… la mujer tenía celos porqué pensaba que el podía serle frecuentemente infiel.
Creo que habían logrado una compensación sexual, un equilibrio entre los dos, como cada pareja encuentra cierto equilibrio erótico, auto erótico entre los dos… pero por ejemplo cuando ella hizo un tratamiento para bajar de peso… estábamos hablando de esto, que “el mejoró, él mejoró”, pero me quedé con ganas de decirle “Bueno, ahora le toca el turno a tu mujer, que alguien le ayude a ella… ” Lo que pasa, suele pasar en algunos análisis, es que el analista le había dicho a su mujer “Damos por terminado el tratamiento, usted está muy bien y no va a necesitar nunca más de una terapia”, muchos lacanianos hacen eso. Ella había estado con un lacaniano… ”Usted ha terminado, ha concluido y no es necesario más… ” Me dio pena, en esa época en que ella bajó 15 kilos él empezó a bajar de peso de motu proprio, porque es un hombre que tenía también sobrepeso y evidentemente lo primero que trajo es que el tema erótico se había beneficiado, yo me quedé en ese punto… un escotoma como se dice en medicina, esta mujer necesita ayuda…
Hugo Bleichmar: ¡Qué suerte! Realmente yo necesito un analista lacaniano, un certificado de… (risas).
Guillermo Kozameh: Incluso está muy mal visto que uno que se ha analizado con un analista ortodoxo vuelva a pedir consulta…, puede pedir una entrevista… bueno, no en mi grupo… por suerte donde nos analizamos, más al estilo freudiano, sobretodo en nuestra profesión… que Freud decía que cada 5 años hay que hacer un reciclaje.
Hugo Bleichmar: ¿Él tuvo aventuras amorosas, amantes?
Guillermo Kozameh: No… por lo menos confesadas en la sesión no… pero era un hombre muy homofóbico… yo creo que es un tema que Miguel ha traído y hubiera sido importante haber seguido trabajando ese tema. Yo le planteé que a lo mejor era necesario, pero justo entró en esa crisis en la que tuvo que vender propiedades… ya las deudas eran cada vez mayores…
Emilce Dio: Es interesante que el tema de la sexualidad haya quedado pendiente… tratando de entender a Carlos… habría que ver cuán bien se sentía como gran amante…
Guillermo Kozameh: Como si hubiera sido un gran amante…
Emilce Dio: Porque si él no se sentía así… para ponerlo en términos muy finos… era un poco evitativo en eso, con una mujer que era su novia a los 16 años y que luego era su mujer y que era obesita… a lo mejor él quedaba por lo menos protegido de la fobia sexual… no sé si es una fobia sexual o es parte de la estructura narcisista, en donde la masculinidad obtiene una gran aporte narcisista en la medida en que tiene mecanismos de compensación… hombres muy sexuales, mujeriegos, que buscan una admiración… pulsión sexual, no sé hasta qué punto…
Guillermo Kozameh: Estoy de acuerdo, porque si vamos a seguir a Freud, la sexualidad no es lo genital, es la gran diferencia que hace con los biólogos, médicos de la época… es que la sexualidad no es solamente que haya vagina, los famosos tres ensayos, sino que la sexualidad tiene una organización, o sea, caminos del Señor que uno no sabe… yo creo que este hombre tenía libidinizado todo el tema de la competencia con el otro, el dinero, con hacer sufrir al otro… por eso le hice el chiste cuando él se quedaba en la esquina viendo cómo el otro explotaba, insultaba… le dije “Qué orgasmín que tendrías”, mientras la víctima decía “Hijo de puta, da la cara, salí y da la cara”… Se ve que el otro percibía que lo estaban viendo en su explosión. Creo que los caminos de la sexualidad los había desgenitalizado y estaba muy puesta en este aspecto narcisista, que sería pre-genital para Freud.
Emilce Dio: Serían las distintas capacidades o habilidades o características de cada paciente en donde el soporte narcisista está puesto en algo… el soporte narcisista es su potencia seductora, su capacidad de seducir y de tener relaciones sexuales… no se sabe muy bien si son satisfactorias o no, pero es satisfactorio el hecho de la conquista, en él era satisfactorio todo esto… las propiedades, la fortuna, el superar al padre, el sacarse el miedo de encima, no tener miedo al otro, satisfacción de que el otro tiene rabia y no él.. Y tú le dijiste, cuando él entra en tu consulta, como una jugarreta… había que encontrarse en esa situación, uno entra en la consulta y el paciente está sentado habiendo uno abierto con llave la puerta.
Intervención: Con respecto a este tema, el tema de la consulta, cuando él entra de repente, me ha dado la imagen… no un cuidado hacia ti, por mucho que te hubiera dicho que la consulta estaba desprotegida sino una sensación de estar compitiendo contigo… Hugo dice “el niño pícaro”… pero en ese sentido ya te había advertido que tu consulta estaba mal… para mí en ese momento me ha dado la sensación, de decir… o sea… ”No me estás haciendo caso en esto y te voy a demostrar que tengo razón”… He cogido este matiz… Emilce también ha mencionado en su exposición, la parte de ofensa narcisista… ”No me haces caso y no te estás dando cuenta que me tienes que hacer caso…”
Emilce Dio: En ese caso, Carlos lo trata como un hijo a Guillermo…
Guillermo Kozameh: “Te dije que realmente la cerradura era mala, ¿no?”… Hugo comentó lo del niño, lo de echar un pulso que yo dije que para Lacan el narcisismo, empieza, no tanto como en Freud, para quien es una evolución de la estructura subjetiva que es auto-erotismo, narcisismo, amor homosexual-amor heterosexual… sino que empieza fundamentalmente con la identificación narcisista al otro… por un lado la tolera, lo humaniza… sin el otro no puede ser un humano semejante… pero me da un odio tremendo, sin ti yo dejo de ser yo… esa dialéctica Lacan no la inventó, la sacó de Hegel, del filósofo Hegel, del amo y el esclavo, yo soy amo porque tengo un esclavo, y el esclavo es esclavo porque tiene este amo-patrón que le permite vivir… lamentablemente esta estructura se da muy frecuentemente en la sociedad, con toda esta exacerbación de algunas figuras narcisistas, donde hay gente que vive bajo las alas de estas personas y después se arma ahí una cosa terrible, de odio… de amor y de odio terrible. Para Lacan es sobre todo a partir de la identificación de la fase del espejo que él llama identificación narcisista… Hay una obra de teatro excelente, La criadas de Jean Genet, donde la criada se viste con las ropas de la señora, la patronas las tratan con mucho cuidado, hasta que enloquecen, las hermanas Papin, y la terminan matando de una manera que no es simplemente un asesinato, es algo más... terminan haciendo una cosa sangrienta. Y en esta relación, tantos años de humillación y lo que él ha escuchado de la relación de su padre con los empleados, aunque él ha podido cambiar bastante se siente más afín del lado del esclavo.
Intervención: Hemos hablado en el grupo sobre posibles intervenciones, me preguntaba si podía servir para trabajar el tema de la empatía, un hombre que tiene mucha dificultad es esta área, si se le podría preguntar… “¿Cómo crees que me siento yo con esto? ¿Cómo crees que me he sentido al entrar por la puerta y encontrarte aquí?”
Guillermo Kozameh: Creo que podría haber sido otra línea… seguro...
Intervención: Quería decir un apunte… tú lo comparabas con Robin Hood… a este hombre su agresividad se disparaba con figuras de hombres transgresores y que pensaba que era en relación a su figura paterna… no sé si alguna vez trabajaste así… realmente, al ver esos hombres transgresores, al dejar el coche en doble fila o que adelantaban haciendo el loco y él reaccionaba también como un loco… pensaba si no era una manera de devolver activamente lo que había sufrido pasivamente…
Guillermo Kozameh: lo dije también antes… esto se da también en los trastornos narcisistas … Freud en el tema del Fort-da, que el niño, que era nieto de él, planteaba claramente que el niño lo que ha sufrido pasivamente lo hace activamente como una manera de elaborar esa situación dolorosa … .porque el chiquitín, hace todo un juego de abandono con el carrete, estaba representando cuando la mamá lo había dejado… y si tenéis hijo habréis visto esto tan gracioso, que vuelven del médico y cogen al muñeco y empiezan a hacer lo que a él le hicieron. Pero eso en todos nosotros, esa transformación de lo pasivo en activo, para Anna Freud es un mecanismo de defensa importantísimo de subjetividad humana… que yo intenté un poco trabajarlo cuando él hablaba de que miraba a los otros vivir… es un hombre que no tiene amigos, no sale, no sabe qué es un concierto… si él pudiera transformar esa situación pasiva en activa… eso lo logré solo en parte
Intervención: Y luchar contra… y volverse contra el padre... a él no parece que se le despierte agresividad hacia las mujeres… parece que es un poco… habla del abogado, habla de los hombres, el que deja el coche en la esquina… como si realmente él al padre se la devolviese, él se desfogara ahí bien…
Guillermo Kozameh: Tienes toda la razón… incluso una vez, una sobrina de él, una hija de la hermana… Una hija de esta mujer estaba metida en negocios muy transgresores e ilícitos, se la lleva a vivir con su mujer y la tuvo viviendo como una hija largo tiempo… para que esta mujer recapacitara pensara buscara un trabajo otro trabajo… Yo no soy analista de su sobrina… pero también había ahí un mensaje dirigido a su madre y a su padre. Poder recuperar y hacer renacer esta mujer con otros lazos sociales.
Emilce Dio: Su identificación con gente traumatizada, con gente que puede llegar a límites de su vida y eso le activa, su necesidad de protección… Es interesante, a mi modo de ver… ¿Qué es lo que le activa la grandiosidad? ¿Qué es lo que le activa el deseo de ayudar?, ¿qué es lo que le activa la autoestima?... Y ahí sí está la historia traumática presente…
Guillermo Kozameh: Yo tuve ahí la fantasía que si en lugar de la sobrina hubiera sido un sobrino, ¿quizás no lo hubiera ayudado tanto?, ¿la figura femenina remite en él aspectos de su indefensión infantil? Donde además de que la sacó del arroyo, como se dice en Argentina, de esa situación, le dio la oportunidad de trabajo.
Emilce Dio: Se diferencia del padre…
Guillermo Kozameh: Si, así es…
Emilce Dio: Como verás, Guillermo, el interés y la atención del auditorio se ha mantenido hasta el cierre de la sesión. Es tu mérito el haber presentado a un hombre que podía haberlos reacciones desagradables y, sin embargo, no ha sido así, ya que tu trabajo con él nos ha permitido entender su sufrimiento.