aperturas psicoanalíticas

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revista internacional de psicoanálisis

Número 038 2011

Patrick Modiano: narcisismo lastimado y vergüenza de un hombre en búsqueda de su identidad

Autor: Sabbah, Nethali

Palabras clave

Modiano p., narcisismo, Verguenza, identidad, trauma, disociación.


 

“Mi indagación perpetua sobre algo perdido, la búsqueda por un pasado confuso que no se puede clarificar, la niñez rota repentinamente, todo esto es parte de una misma neurosis que se ha convertido en mi estado de ánimo[1]”.

Patrick Modiano

Introducción

¿Cómo empezar a describir a Modiano? ¿Cómo analizar a este escritor hoy considerado como el escritor francés vivo más importante?

A pesar de ser un hombre que rehúye aparecer en debates, entrevistas, conferencias, en algunas raras ocasiones acepta ser entrevistado. Sus entrevistas son excepcionales, no sólo por la extrañeza de verle frente a una cámara, sino por la enigmática personalidad  que se esconde bajo la figura de este hombre de altura singular (1m98), elegante y galán, que parece mostrarse torpe e incómodo frente a la mirada del otro, como un hombre “mal à l’aise”.  Es una experiencia un tanto peculiar ser espectador de Modiano, pues uno sufre al verlo buscar las palabras y sin poder ordenarlas en un discurso coherente y ordenado. Sus discursos se llenan de suspiros, que son también los nuestros, cuando, asistimos ansiosos e incómodos al presenciar su propia impotencia en transmitirnos, inversamente de cómo lo hace en sus libros, sus pensamientos e ideas. 

Aún así, cuando Modiano habla, una extrema ternura se desprende de cada una de sus palabras.  Bajo sus comentarios siempre modestos, se esconde un hombre vergonzoso, que habla suavemente, lentamente, que mide cada palabra, buscando con extrema precisión cada una de ellas. A veces no  encuentra la palabra adecuada para trasmitir lo que piensa,  en ese momento, Modiano parece no estar con nosotros. Mientras busca aquella palabra  emite largos suspiros y su mirada parece perdida. Modiano se nos muestra como un hombre invadido por sus emociones, su mirada profunda nos desvela el alma de un hombre honesto, la sencillez con la que describe sus sentimientos tiene un efecto impactante.  Sus frases suelen quedar inacabadas, sus ideas no se enlazan, pierden el hilo conductor convirtiendo su discurso en emotivo, pero confuso.

Y a pesar de ello  Modiano es considerado el mejor escritor francés vivo. Su francés es puro, de una delicadeza exquisita, su escritura técnica y precisa. Su estilo da la sensación de una aparente simplicidad como sólo los grandes escritores son capaces de lograrlo. A los 33 años gana el premio Goncourt por su novela La Rue des Boutiques Obscures. Cuando le preguntan en una entrevista qué siente al ganar la mayor recompensa literaria dice muy humildemente: “si hay que volver a empezar de cero, y volver a escribir lo haría porque es lo que hay que hacer[2]”.

Su editor Gallimard cuenta que cuando la gente reconoce a Modiano en la calle, él se excusa diciendo que no es él, que mucha gente suele confundirlo con ese tal Modiano. Gallimard dirá de Modiano: “nunca he visto a alguien a quien el éxito haya modificado tan poco[3] ».

¿Modestia extrema? ¿Vergüenza? ¿Qué se esconde detrás del comportamiento de Modiano? Para entender quién es, tendremos que adentrarnos en el mundo que comparte con nosotros en su novela autobiográfica Un pedigree Se trata, por primera vez de un libro en el que Modiano ofrece una reconstrucción biográfica de sus orígenes. El autor nos invita a conocer la vida de sus padres y la suya propia como niño y adolescente malquerido y abandonado. “Un Pedigree” me acompañará de guía en este trabajo que pretende ofrecer un análisis psicodinámico de este autor enigmático, cercano y emotivo. Esta novela autobiográfica es de una riqueza inmensa en cuanto a informaciones biográficas de sus padres. Con la extrema sensibilidad que le caracteriza, Modiano escribe y transmite su pasado doloroso.

Mi intención con este trabajo es el de analizar, a partir de Un Pedigree y de algunas entrevistas a Modiano, cómo la falta de especularización por parte de unos padres ausentes y abándonicos en la niñez y juventud crean heridas narcisistas  graves que quedan impregnadas en la configuración de la personalidad en la edad adulta. Modiano, para poder  sobrevivir psíquicamente al trauma del abandono y a la negligencia de la que fue víctima, parece configurarse bajo un mecanismo: la disociación. La vergüenza que caracteriza a Modiano, podría haberse construido alrededor de un secreto familiar del que Modiano es heredero.

Abandono y negligencia

Un narcisismo lastimado: Ausencia de objetos del self

Modiano abre el libro con esta frase: « Je suis né le 30 juillet 1945, à Boulogne-Billancourt, 11 allée Marguerite, d’un juif et d’une Flamande qui s’étaient connus à Paris sous l’Occupation[4]». (UP, 1)

Esta primera frase encierra en sí toda la temática y concentra en dos líneas toda la trama de su  libro Un pedigree. Patrick Modiano parece ser el fruto del azar de ese encuentro un tanto peculiar entre un  judío y una belga en plena ocupación. Poco a poco, en las siguientes páginas y capítulos, Modiano desvelará precisiones sobre una infancia marcada por una importante y significativa negligencia parental de la que es víctima. La madre completamente ausente deja el cuidado de su hijo en manos de sus padres, que se desplazan desde Bélgica a Paris para ocuparse de él. Modiano se cría de esta forma entendiendo únicamente el neerlandés. No hay prueba más cruda del real desinterés de los padres por su hijo, con el que no interactúan en ningún aspecto, ni siquiera, excitándolo verbalmente, hablando con él. Es un niño al que no hablan, pero posiblemente también al que no miran, no le hacen sentir su propia existencia. Modiano parece no existir en los ojos de sus padres.

Modiano empieza su primer capítulo con la descripción de su madre. En su relato se mezclan fechas, nombres de personas que la madre cruzó en su camino, calles y número de las casas en las que vivió. La madre  es retratada como una mujer extremadamente fría y Modiano nos transmite esa frialdad con un relato descriptivo y  conciso.

« C’était une jolie fille au cœur sec. Son fiancé lui avait offert un chow-chow mais elle ne s’occupait pas de lui et le confiait à différentes personnes, comme elle le fera plus tard avec moi. Le chow-chow s’était suicidé en se jetant par la fenêtre. Ce chien figure sur deux ou trois photos et je dois avouer qu’il me touche infiniment et que je me sens très proche de lui.[5]» (UP,11)

Modiano se identifica con ese  perro abandonado por la madre, que deambula entre manos de extraños, como lo será él, de internado en internado, o de conocidos de sus padres a algún que otro amigo. Al dotar al  perro de un carácter humano: el suicidarse, Modiano está queriendo dotar de significado el acto que el chow-chow comete. El suicidio es entendido aquí como la voluntad de poner fin a una existencia  marcada por el profundo dolor del abandono de una “dueña-madre”.

Nos podemos preguntar qué significa para Modiano identificarse con un perro. ¿No sería una forma para él de transmitir como metáfora el reflejo de su propia valía como individuo?  Las enormes carencias afectivas de las que sufre Modiano causarán grandes heridas narcisistas que dejarán huella en la configuración de su propia autoestima. La autoestima no ha podido enriquecerse del entramado de reconocimientos narcisistas y proyectos compartidos. Cuando uno es abandonado, no es querido, eso crea un sentimiento de vergüenza devastador que parece privarle del derecho de pertenecer al mundo de los humanos. Es relegado al mundo animal: se siente como un perro. Como dice Serge Tisseron: “vivir la vergüenza es hacernos sentir reducidos a un estado que nos hace extranjeros entre los hombres[6]”.

Más adelante en la novela, Modiano habla muy rápidamente, casi de pasada de una amiga rusa de su padre a la que consagra unas cuantas líneas de su novela. Esta mujer le regala un oso de peluche que queda para él “como un talismán y como el único recuerdo que habría quedado de una madre desaparecida”. Esta mujer “Se suicidó el 12 de febrero de 1948, con 34 años” (UP, 20)

Sus frases cortas, y concisas concentran en sí el enorme sufrimiento de Modiano. La imagen del oso de peluche queda como el único objeto capaz de dar testimonio del amor de una “madre” que desaparece cuando él tiene apenas 3 años. Modiano otorga a esa mujer el tierno recuerdo materno de lo que nunca sintió por parte de su madre que vive como rechazante y abandónica.

El 5 octubre de 1947, cuando Modiano tiene 2 años,  nace su hermano Rudy. Más tarde, los dos son bautizados en la iglesia “sin que los padres estén presentes”.

Frente al abandono total de la madre, el padre parece cumplir con un rol más presente en el cuidado y educación de su hijo. A pesar de ello, sus negocios ocupan un papel prioritario en su vida y dedica muy poco de su tiempo al joven Modiano. Es un padre autoritario y extremadamente controlador.  Se muestra como un hombre reservado, seguro de sí mismo, al que Modiano teme hacer preguntas. En su libro Modiano habla de momentos nostálgicos con su padre, paseos en el bosque de Boulogne, encuentros muy particulares, con los amigos de su padre, cafés compartidos, tardes en los cines… Sin embargo, es un padre con el que nunca llega a entablar la más mínima cercanía, queda siempre como una figura enigmática, llena de misterios que Modiano, hasta hoy en día intenta clarificar y resolver.

Su único hermano, Rudy, muere de leucemia a los diez años dejando a un desamparado Modiano frente a una configuración familiar desestructurada, donde no existe comunicación y donde nada se habla. Modiano da muy poca información con referencia a cómo es vivida esta muerte y de cómo hace el duelo cada una de las figuras parentales. En su libro, nos desvela la muerte de su hermano en una frase que impacta por la brusquedad con la que es emitida: “En février 1957, j’ai perdu mon frère[7]” (UP, 44). No volverá a hablar casi en ninguna otra ocasión de su hermano muerto al que dedica la gran mayoría de sus libros. Modiano parece dejar abierta la pista de un duelo no elaborado.

La consolidación del narcisismo se hace en función de las interacciones tempranas en el contacto entre el niño y sus figuras más significativas de apego. Es decir, el narcisismo se desarrolla dentro del encuentro con un otro que viene a satisfacer o no las necesidades narcisistas del niño. Dichas necesidades son la especularización y la idealización (Kohut, 1996). Es pues dentro del marco de  la intersubjetividad, donde se van a asentar las bases de  un narcisismo normal. Para que un niño pueda desarrollar un narcisismo normal, los padres tienen que poder constituirse en los ojos del niño como objetos especularizantes. Es  decir, tienen que poder devolver una imagen positiva y valorada al niño. Los padres como objetos especularizantes tienen que poder cumplir con  las  necesidades narcisistas del niño de ser admirado, aplaudido y sentirse valioso al despertar “el destello en los ojos de la madre” (Kohut, 1996), así como con la necesidad de ser investido con entusiasmo para  entusiasmarse  después consigo mismo (Kohut, 1996). De igual forma, el niño tiene la necesidad de idealizar a un otro que es tomado como ideal, omnipotente y grandioso, que provee de un modelo con el que el niño quiere identificarse, fusionarse, y necesita que se le permita compartir y gozar de ese vínculo (Kohut, 1996). El niño tiene que poder sentirse orgulloso de estar unido con esas figuras idealizadas.

En este caso, Modiano parece tener todos los elementos para no poder construirse un narcisismo normal. No tiene a padres que puedan funcionar como objetos especularizantes. Su madre es una mujer fría, rechazante, actriz de poca categoría, que se siente frustrada por una carrera profesional construida a base de roles mediocres. La madre, invadida por sus necesidades propias, no siente la existencia de su hijo. Muestra frente a éste un elevado grado de insensibilidad, haciendo evidente una falla básica en la intersubjetividad. Nunca se ocupó de su hijo, haciéndole sentir que no es deseado ni querido por ella. No tiene recuerdos de convivir con sus padres pues desde muy temprana edad es enviado a casa de amigos que se ocupan de él. Desde la edad escolar, es enviado a internados donde nunca es visitado, ni recibe ningún tipo de carta o paquete. En estos internados se siente identificado con otros niños abandonados como él que ni conocen el paradero de sus padres. Su padre es un hombre con un narcisismo engrandecido, distante, que se muestra demasiado ocupado con sus negocios y viajes como para hacerse cargo de su hijo. Es un hijo que no es valorado en ningún aspecto, es un niño al que no se mira, al que hacen sentir como no-existente. 

Frente a unas figuras parentales incapaces de responder afectivamente a sus necesidades emocionales, el niño Modiano aprende a no demandar la atención que se merece y precisa. Se somete a dos padres que han fallado en aportarle seguridad y protección. La sumisión se pone en marcha para que sean satisfechas las necesidades y angustias de autoconservación: el niño necesita la protección de sus padres. Y también por necesidades de heteroconservación: Modiano parece sacrificar sus propias necesidades para no herir al otro. Su autobiografía no consiste en la crítica de sus figuras paternas, probablemente su superyó le prohíbe criticar a sus padres. Cuando habla de su padre y de cómo éste nunca le contó nada sobre la Ocupación, lo excusa diciendo que probablemente, él ni sabía lo que era exactamente en ese momento: « on ne doit pas parler à la place d’un autre et j’ai toujours été gêné de rompre les silences même quand il vous font mal. » (UP, 33) [8]

Modiano se sintió incapaz de poder despertar la valorización por parte de sus padres, hay un sentimiento de fracaso doloroso por no poder despertar el interés del otro. Y el desinterés del otro es tomado por Modiano como el testimonio de su propia valía. Se podría traducir de la siguiente forma: no valgo nada, ni siquiera para ser mirado por mis padres. ¿Cómo poder construirse un self fuerte, con una buena estima cuando uno se ha sentido incapaz para influir sobre el estado anímico del otro? Y aquí uno puede entender quizás la culpa de triunfo que sufre Modiano y que podemos percibir a través de su extrema modestia, como diciendo: en verdad, no me  merezco mis triunfos literarios. Posiblemente reprimió expectativas importantes sobre sí mismo porque nadie estuvo ahí para mirarlo, y para hacerle sentirse valorado, no pudo sentirse reconocido en los ojos de nadie.

El padre es  idealizado, Modiano lo ve como alguien valiente, que ha sabido buscarse la vida, que siempre ha sabido escaparse de situaciones peligrosas, Modiano cuenta en “Un pedigree” con mucha admiración cómo su padre escapa  en varias ocasiones de ser arrestado por la Gestapo. Sus numerosos contactos, su capacidad de persuasión y sobre todo su seguridad en sí mismo son considerados por el hijo como factores de admiración. Frente a esta personalidad del padre, Modiano se muestra  tímido, vergonzoso, representando así todo lo contrario de lo que admira en su padre. El padre que siempre ha funcionado bajo el mecanismo de la autoridad no ha permitido que se desarrolle en el niño un sentimiento de autonomía, forzándole a situarse así  en una posición de sometimiento. “El niño asustado será un adulto asustado” (Bleichmar, 2008). Su padre no lo valora y no lo incluye casi nunca en sus actividades. Por ejemplo, cuando tiene reuniones de negocios con personas en el hall de hoteles, Modiano lo acompaña, pero se ve obligado a deambular por calles cercanas al hotel esperando durante horas el final del encuentro. El padre no lo considera merecedor de su valorización, lo considera un niño débil, no seguro de sí mismo. Aunque el padre aparece como una figura idealizada, Modiano, al no ser valorizado por éste no puede fusionarse con él. El padre no cumple con la función de imago parental idealizada. La admiración que Modiano tiene por su padre es ambigua, al mismo tiempo que lo admira en su capacidad de saber moverse por la vida, decide desvincularse de todo lo que para él pertenece al mundo de su padre, es decir: el mundo de los negocios sucios del mercado negro durante la ocupación.

Sus padres no funcionan como objetos del self de los que Modiano puede aferrarse para construirse un self fuerte. Su estructura familiar tampoco le permite encontrar objetos de self  en tíos o abuelos pues no existen. Modiano no ha podido construirse un self fuerte, por lo que la auto-estima es debilitada. Sus profundos sentimientos de inferioridad se construyen bajo una “identidad relacional” (Bleichmar, 2008) en la que se siente inferior frente a los otros. Otorga a otro, al que considera como poseedor de la verdad y la sabiduría que no se atribuye y que descalifica en sí mismo. Modiano se desvaloriza interiorizando diversas formas de estigmatización que ha recibido del abandono y desprecio que ha sentido de sus padres: reacciona frente a las situaciones con extrema vergüenza. Cuando ha habido deficiencia, necesitamos poder hacer recursos a suministros muy precisos para neutralizar la angustia de autoconservación y la fragmentación del self. Se pone en marcha de esta forma una tendencia del psiquismo a la disociación.

Disociación y Trauma

La vivencia de una infancia caracterizada por enormes carencias afectivas además de la repentina muerte de su hermano, cuando Modiano tiene tan solo 12 años se configuran como  elementos traumáticos que vienen a repercutir significativamente en su configuración psíquica. Modiano, parece enfrentar los acontecimientos dolorosos de su vida bajo la disociación. Es decir, se opera una auto-fragmentación en la organización de su Yo en donde, como modo de defensa resultante a  traumas precoces y constantes, ciertas vivencias de carácter extremo, se encuentran desvinculadas en registros afectivos aislados y que no se inscriben como estratos mnémicos inconscientes. (Ferenczi, 2006). El Yo abandona completa o parcialmente el cuerpo, en un estado de despersonalización, donde la persona siente los acontecimientos, pero los vive como extranjeros a él mismo, como si no fuese él que los estuviese viviendo, pero pudiese verlos del exterior. “La persona se divide en un ser psíquico de puro saber que observa los acontecimientos desde fuera en un cuerpo totalmente insensible[9]” (Ferenczi, 1932). Hay una fragmentación del sufrimiento, una parte del Yo siente y sufre, la otra observa, conoce, pero no sufre, según Ferenczi existe “una parte sensible brutalmente destruida y otra que sabe todo pero no siente nada.[10]

En una entrevista, Modiano que habla de la publicación de “Un pedigree”, sorprende con una respuesta en la que da una descripción exacta de cómo se pone en funcionamiento su mecanismo de disociación.

« Dans Un pedigree, je ne racontais pas une vie, la mienne. Je parlais de choses qui m'avaient été imposées. Je parlais de choses qui m'avaient fait souffrir mais qui m'étaient étrangères, qui ne m'étaient pas intimes. Bien sûr, il s'agissait de mes parents. Mais ces choses m'avaient été imposées par eux et étaient presque comme des corps étrangers. J'ai écrit ce livre pour me débarrasser de ces éléments étrangers, pas pour raconter ma vie. Un pedigree n'était pas une autobiographie mais le récit de choses qui m'avaient fait souffrir tout en m'étant étrangères[11] ». 

Aquellos acontecimientos dolorosos quedan excluidos de la vivencia afectiva, es consciente de ellos, puede hablar de ellos, contextualizarlos, pero no los siente como haciendo parte de sí mismo, quedan como “cuerpos extraños”.  Es curioso que Modiano para describir aquellos estratos conteniendo los recuerdos traumáticos de los que no puede desprenderse, utilice el mismo término que Freud en sus primeros acercamientos a la clínica de la histeria, cuando concibe que el trauma psíquico o el recuerdo de éste funciona a modo de “cuerpo extraño” en el psiquismo. La parte del Yo que sabe y que es pues capaz de intelectualizar esos acontecimientos, la parte del saber puro no tiene significación afectiva permaneciendo en una esfera de abstracción intelectual y de desvanecimiento del Yo. La intelectualización aparece aquí como un posible modo de defensa contra su enorme sentimiento de vergüenza y de indefensión. Frente a un self débil que no ha podido configurarse de forma normal, que no le permite surcar en sus recursos personales para poder luchar contra momentos dolorosos de su pasado, Modiano hace uso  de la despersonalización. Los estratos dolorosos quedan apartados, enquistados psíquicamente, intocables afectivamente, como no vividos, protegidos de las emociones bajo el mecanismo de intelectualización y llevados a la consciencia en forma de sublimación por la escritura. Un trabajo de escritura, pero que Modiano vive, bajo el fenómeno de la disociación, como algo exterior a él. Su libro autobiográfico no es en verdad el relato de su vida, él se limita a contar las cosas que le son “extrañas”, a modo de un “curriculum vitae”(UP, 45). De manera desprendida, con una exquisita precisión en los detalles, en las fechas, en los nombres de calles, Modiano parece desvelarnos una vida que no siente como la suya propia: como él dice “una vida que no es la mía” (UP, 45). En este pequeño fragmento de una entrevista podemos percibir el lado quizás más patológico rozando lo psicótico, en la que Modiano, cuenta como su autobiografía sería el fruto de una voz que le dicta lo que tiene que escribir:

" C'est comme si j'entendais une voix, comme si je transcrivais une voix qui me parlait et qui me disait Je. Ce Je d'un autre qui me parle et que j'écoute me donne de la distance par rapport à l'autobiographie, même si je m'incorpore parfois au récit[12]."

Modiano parece no ser capaz de oír su propio Yo, es decir, su propio Yo le viene a través de una voz extranjera que le dicta. Se disocia defensivamente frente a su confusión y a la estimulación no manejable que está sintiendo, se forman así estados del self disociados: “otro Yo” que viene a encapsular el self traumático y las representaciones de objeto.  Inmediatamente después de anunciarnos la muerte de su hermano, Modiano escribe:

 « Les événements que j’évoquerai jusqu’à ma vingt et unième année, je les ai vécu en transparence- ce procédé qui consiste à faire défiler en arrière-plan des paysages, alors que les acteurs restent immobiles sur un plateau de studio.(…) Tout défilait en transparence et je ne pouvais pas encore vivre ma vie[13] ». (UP, 45)

Modiano, inmóvil,  ve pasar frente a él una vida, pero ésta parece seguir su curso sin él, como si no tuviese ninguna implicación en ella.  La muerte de su hermano está inscrita en ese paisaje cambiante  y su impotencia es representada por su inmovilidad frente a acontecimientos que transcurren bajo sus ojos y que siente como “extraños”, exteriores a él. Es la metáfora de una vida que no puede vivir como suya y en la que se siente la impotencia de actuar en ella, de poder cambiarla en algún sentido.  Ese escenario fantaseado, en forma de plató de estudio,  es también bajo el que construye sus novelas. A través de este mismo proceso de transparencia, Modiano parece construir, a lo largo de su carrera literaria, escenarios para cada uno de sus libros dónde sitúa a sus protagonistas, reflejo en muchas ocasiones de su propio Yo. A través de ellos, Modiano intenta sentir esa vida que ha desfilado bajo su mirada, pero de la que no ha sentido formar parte. 
Estos “actores” son también personas en búsqueda de algo, sobre la pista de un recuerdo y Modiano parece manejarles, como si de marionetas se tratasen, como reflejo de su propia necesidad de búsqueda de sus raíces, en la búsqueda de una identidad perdida. [14]

En busca de sus raíces y la transmisión de la vergüenza

“Je suis un chien qui fait semblant d’avoir un pedrigree

Modiano se presenta como un perro, pero ni siquiera un perro de raza pues no  tiene pedigrí. Tener un pedigrí le permitiría situarse dentro de una genealogía, como conocedor de sus orígenes. Modiano parece no entender el mundo del que viene. Los responsables de trasmitirles sus orígenes han fallado en explicarle de dónde viene. Con el simple hecho de rechazarlo, de no incluirle dentro de sus vidas, están privando a Modiano de sentirse como perteneciente al pasado de sus padres, y como fruto de su unión. Al titular su autobiografía Un pedigree nos transmite la impotencia de ser heredero de aquello que los padres nos han legado: « Le pedigree, comme pour les chiens ou les chevaux, renvoie aux choses dont nous ne sommes pas responsables: nos parents, par exemple ». Padres impuestos de los que no se siente hijo. Él  no es el fruto de unos padres que lo han querido sino fruto del azar entre dos “mariposas perdidas e  inconscientes” (UP, 33) que lo han hecho nacer en 1945. ¿Cómo sentirse hijo cuando uno siente que no ha sido querido ni deseado? Nos podemos preguntar cuánto hay también de un rechazo consciente de no querer ser parte de esos orígenes del que es heredero. Sentirse como “no-hijo” de una madre rechazante es un mecanismo defensivo: si no la siento como madre, no me puedo sentir rechazado por ella. Tener vergüenza de sus padres, y como hace Modiano, renegar de sus orígenes, es un mecanismo de defensa que evita la toma de consciencia de las heridas narcisistas que han sido infringidas durante la infancia. Del mismo modo, tener vergüenza hasta de sí mismo permite preservar un dominio de la continuidad psíquica con ellos más allá de los sufrimientos de los que uno ha sido víctima. [15]

El mundo familiar que Modiano conoce es un mundo caracterizado por la carencia de la expresión de la ternura. Las humillaciones y vergüenzas de las que sus progenitores han sido víctimas, el padre por ser judío, la madre, vergüenza reprimida de una actriz sin éxito, son reprimidas por los sentimientos que han suscitado. 

 “Cuando un niño no pertenece a nadie, se encuentra fuera de la sociedad, sin las estructuras que debían  consolidar su sentimiento de intimidad y su deseo de filiación. Esta alteración de la representación de sí y de las interacciones cotidianas provocan regularmente trastornos de la identidad: cuando uno no sabe de dónde viene, no puede saber hacia dónde va.  Cuando uno no se inscribe en un circuito de pertenencias, el sentimiento del self se vuelve borroso porque el mundo no está estructurado. Cuando un niño no pertenece, no conoce la historia de su familia ni tampoco su linaje[16]”. (Boris Cyrulnik, 2000)

La vergüenza se construye bajo una alteración de tres categorías esenciales sobre las cuales construimos nuestra identidad y nuestra relación con los otros: la estima con la que nos vemos, es decir, el narcisismo; el afecto que nos une a nuestros seres más próximos y la certeza de sentir que formamos parte de una comunidad que nos acepta.  En una dimensión narcisista, la vergüenza puede estar atada a los puntos de referencia identificatorios  con los que el sujeto se ha construido.  ¿Cómo construirse pues cuando uno no sabe a qué pertenece? O, ¿cómo no sentir vergüenza cuando uno sabe de dónde viene pero no es aceptado en su familia o por su  comunidad?

¿Bajo qué identidad se construye Modiano? De padre judío, es bautizado en la iglesia, educado en internados la mayoría de las veces pertenecientes a instituciones católicas y se  interesa de una forma marcadamente obsesiva por el periodo de la Ocupación, y sobre todo por la forma en la que los judíos fueron tratados en esta época. La identidad es la gran temática en la obra literaria de Modiano. Identidad como una búsqueda constante  y una continua construcción identificatoria a base de puntos de referencia sobre los cuales se sostiene el reconocimiento de sí. Uno de los componentes de la identidad es la memoria. Memoria de la que Modiano no parece dispuesto a desprenderse. Milan Kundera dirá que « las personas sin pasado son personas sin tiempo [17]», puede ser entonces la razón por la cual para Modiano, hay una enorme necesidad de situarse dentro de una época y delimitar de este modo de manera muy precisa el espacio temporal en sus novelas. La guerra, la Ocupación o la post-guerra suelen ser principalmente los escenarios en donde Modiano hace intervenir a sus protagonistas que suelen ir a la búsqueda de sus orígenes de forma casi obsesiva.  Podríamos decir que hay una obsesión de reconstrucción de su propia historia, de crear vínculos entre partes de su biografía que quedan desprendidas, sueltas. Estos orígenes que Modiano re-construye a través de sus investigaciones de historiador en archivos, cartas antiguas, facturas o viejas fotografías borrosas, pero sobre todo, cargados de oscuros secretos. Modiano se encargará pues de buscar  sus orígenes, sumergiéndose en el periodo tenebroso de la guerra y de la post-guerra.

Modiano como heredero de los secretos de la guerra

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, salen a la luz los horrores y  crímenes de la guerra. Sobre todo, en el contexto francés, nace una gran culpabilidad por el régimen colaboracionista de la máquina totalitaria nazi. La sociedad francesa parece hacer todo para evitar el trabajo colectivo de duelo y de memoria: se imponen entonces silencio y amnesia colectiva. El pasado traumático de los contemporáneos de la guerra ha quedado reprimido: se preserva de esta forma dentro del inconsciente colectivo. Modiano, hijo baby-boom resultante de la euforia de la liberación, fruto de una generación que miraba hacia un futuro feliz, con el objetivo de reprimir un pasado de guerra. El autor parece expresar a través de  sus novelas la esencia de su generación, una obsesión nacional por el periodo de la Ocupación. Se convierte en la memoria de un periodo que no ha vivido, será uno de los pocos escritores de su generación que se encargará de investigar e indagar el pasado vergonzoso de la ocupación francesa. Modiano, segunda generación después de la guerra parece ser heredero de una culpa colectiva que quedó reprimida. Lacapra habla del proceso de transmisión de la culpabilidad que se  pone en marcha de una generación a otra:

“Even though those born after may unjustifiably feel guilty about the past and bear within themselves an unresolved, phantomlike residue of the past, acquired through often unconscious, transferential processes of identification with loved one and their encrypted experiences[18]

La novela familiar parece cruzarse en este caso con la historia nacional de la Francia de los años cuarenta, cincuenta. Modiano busca incansablemente aquellas personas que denunciaron a su padre durante la ocupación. Recompone un pasado anterior y un pasado interior.

El trauma colectivo que sufrió la primera generación originó dramas individuales, que fueron reprimidos bajo el silencio. A pesar de ello, son transmitidos a la segunda generación bajo el formato de un secreto familiar. Secreto no sólo colectivo, sino también individual, Modiano parece ser portador al igual que depositario de un secreto familiar.

El niño que fue Modiano sabe muy bien que se le esconde algo. El pasado de su padre está repleto de zonas de sombra, de las que nunca habla. Conoce el origen judío de su padre, y sabe que vivió en Paris durante la guerra, por lo que deduce la persecución de la que fue víctima. “Il ne m’a jamais confié ce qu’il avait éprouvé au fond de lui-même à Paris pendant cette période[19] » (UP, 32). ¿Cómo hizo para sobrevivir? ¿Cómo se salvó? De niño, Modiano, siente que se le esconde algo primordial de la vida de su padre y se siente excluido de ese secreto imaginando no ser digno de recibirlo. El padre nunca compartió con su hijo la persecución de la que fue víctima, llevándose los secretos con él tras su muerte (UP, 20).

Modiano se imagina lo que ha debido sufrir su padre durante la guerra, y cómo tuvo que vivir bajo otra identidad para poder sobrevivir. La autobiografía lleva al autor y al lector al corazón de la historia paterna, dejando oír el silencio de los secretos. Un padre, que bajo una identidad oculta, hizo mercado negro con la Gestapo y cuyos primos fueron asesinados por las SS en Italia.  (UP, 14).  El padre, probablemente vivió su persecución como una situación de extrema humillación. Para protegerse de ese evento recordado como vergonzoso, actuó en silencio, envolviéndolo en un secreto. Porque la simbolización de esos años de persecución no fue posible y no fue de este modo expresada verbalmente, el niño, sometido a un padre portador de secreto, guardó el silencio para evitar la confusión de su padre, su vergüenza.

El único recurso al que puede optar Modiano  es  el de fantasear  sobre aquellas situaciones de persecución. Su incansable necesidad de hurgar en archivos históricos e informes policiales le permitirá reconstruir el pasado de su padre. Una situación que roza lo tragicómico le permitirá recrear aquella imagen fantaseada de su padre transportado por un furgón policial. A raíz de una pequeña discusión familiar, la nueva mujer del padre de Modiano llama a la policía, hijo y padre se encuentran en un furgón policial conducidos a la comisaría. “ Pour la première fois de ma vie, je me trouve dans un panier à salade, et le hasard veut que j’y sois avec mon père[20]” (UP, 101). En ese momento, estando en el  furgón policial, Modiano imagina a su padre durante la ocupación sentado en prácticamente las mismas condiciones. “Lui, il a déjà connu cette expérience en février 1942  et au cours de l’hiver 1943, quand il avait été raflé par les inspecteurs français de la police des Questions juives[21] » (UP, 101). Este acontecimiento es de extrema importancia para Modiano: es posible por primera vez vivir y compartir ese evento con su padre. Lo que para otro niño hubiese sido vivido como extremadamente violento, doloroso, Modiano lo vive como un momento de intimidad con su padre, que le permite acercarse a él. La participación fantaseada del niño al universo vergonzoso del padre forma parte de su vinculación a éste. Sentir la vergüenza que su padre debió sentir le hace quedarse “apegado[22]” a él. (Tisseron, 2007)

El funcionamiento psíquico del niño lo lleva a imaginarse que lo que se le esconde detrás del secreto es algo forzosamente vergonzoso. No puede imaginarse un secreto cuya causa no sea la vergüenza. Aquella vergüenza que el niño se imagina, la va a incorporando bajo una identificación de su Yo con la parte vergonzosa que imagina de su padre.

El secreto parece estar escondido, quedando así impenetrable, intocable, engullido por el silencio. Pero, con la escritura de esta autobiografía, Modiano parece decidido a afrontar su pasado lleno de vergüenza, irracional, incomprensible. Concluye su autobiografía con “Il était temps[23]”. Debido a que su autobiografía nos conduce desde su propio nacimiento hasta su nacimiento como escritor, es una lectura de la vergüenza contra la vergüenza. La escritura sería para Modiano una tentativa de poder afrontar el secreto del que es heredero y hace de esta autobiografía un instrumento clave en la confrontación a la vergüenza como factor primordial en su reconstrucción psíquica.

Conclusión

« Jerôme Garcin: ¿ser  enviado de niño a internados de ciudad en ciudad no resultaba extremadamente doloroso pues le alejaba cada vez más de sus padres?    

P. Modiano: - Lo que es terrible, es que nunca había pensado en ello. Y es por el hecho de oír la forma en la que usted acaba de formularlo y de sintetizarlo, algo de lo que soy absolutamente incapaz, que tomo conciencia de ello. Siempre he pensado que aquellos que me leen me conocen mejor de lo que yo me conozco[24] ».

Modiano necesita la mirada de sus lectores para poder sentirse reconocido como escritor. Esta forma parece ponerse en funcionamiento para compensar necesidades de apego y de narcisismo que no fueron satisfechas en su infancia. Por ello, proyecta  sobre el lector y sobre las críticas de sus libros su valoración de sí mismo. Los escritores basan sus logros en la recepción de su obra por parte de sus lectores pues es el reflejo de su trabajo profesional. Pero en este caso, Modiano,  hablando de la necesidad de ser leído,  proporciona en una entrevista la imagen del negativo de una foto, y de cómo, para poder ser visible hace falta de otro que esté ahí para mirarlo.

 “On ne sait pas trop bien ce que l’on écrit, c’est comme si l’on était sur des sables mouvants, tant que le livre n’est pas lu par quelqu’un d’autre. C’est comme une photo : le négatif a besoin d’être développé pour que le sujet soit visible. On ne se voit pas dans la vie, on ne sait pas trop bien ce qu’on est [25]»

 Es decir,  se siente existir siempre y cuando haya otro que esté ahí para mirar, que le haga sentirse existente. Modiano, que sufrió por no  ser mirado en su infancia, en su juventud, nos transmite la sensación de no verse a sí mismo. De no saber bien quién es él. Los libros son para Modiano la forma de buscarse, dar cabida a sus sentimientos, y una forma también de comunicar su enorme soledad con el lector, como si pretendiese verse reflejado a través de los ojos de los miles de lectores que durante estos últimos cuarenta años han devorado sus libros. Los lectores funcionan como objetos del self para Modiano: se siente valorado y reconocido.

Sus novelas se construyen sobre la base de la intriga, a través de pistas, con las que el autor está solicitando de forma activa la participación del lector. La escritura de Modiano llama a la interacción con un tercero, como en el proceso psicoterapéutico. La transferencia que se  opera en el texto sitúa al lector en el rol de un “tiers analysant[26]”. El lector de Modiano es el analista en búsqueda de la verdad personal del autor. Como si de alguna forma, Modiano utilizase al lector para poder hacer uso de la introspección, o que le ayude a resolver misterios, destapar secretos. El lector funcionaría a modo de espejo interactivo de la personalidad del autor, en su propio reflejo, Modiano podría observar  su obra de forma retroactiva. El acto de escritura no es terapéutico en sí, porque necesita de la presencia de otro para sintetizar y concretizar sus sentimientos,  pero sobre todo para recibir, es decir, para cumplir la función de contención.  El encuentro escritor-lector en el espacio literario y en el espacio público es el encuentro analizante-analista: la identificación que se pone en marcha tiene una función narcisizante que tiende hacia una re-creación de la verdad sobre él y por él mismo, hacia una re-creación de su self.  

Modiano ha esperado casi cuarenta años para escribir su autobiografía que ha publicado muy recientemente, en 2005. Su Yo, hasta ahora personificado a través de  los protagonistas de sus novelas que iban siempre a la búsqueda de una identidad, parece surgir discretamente por primera vez. Como en un proceso psicoterapéutico este libro autobiográfico parece constituirse para Modiano como un instrumento para enfrentarse con su pasado doloroso, con el objetivo de poder entender quién es: “Este libro restituye algo, como un línea melódica. Hablar, es romper la línea[27]”.

Bibliografía

Bleichmar, (2008) La esclavitud afectiva: clínica y tratamiento de la sumisión. Aperturas Psicoanalíticas, nº 28. www.aperturas.org

Cyrulnik B. (2000), Les nourritures affectives. Paris: Odile Jacob.

Ferenczi, S. (1997). Sin simpatía no hay curación. El diario clínico de 1932. Buenos Aires: Amorrortu.

Ferenczi, S. (2006). Le traumatisme. Paris: Payot.

Kohut, H.. (1996). Análisis del self. Buenos Aires: Amorrortu editores

Lacapra Dominick (1998).  History and Memory after Auschwitz, Ithaca, N.Y: Cornell University Press.

Modiano P. (2005). Un pedigree. Paris: Gallimard.

Obadia Bernard, Au temps, dictionnaire Patrick Modiano. Sitio internet: http://www.litt-and-co.org/au_temps/autemps_p.htm

Tisseron, S. (2007) La honte. Psychanalyse d’un lien social. Paris : Dunod.

Zadjerman: P. « Un siècle d’écrivains » . France 3/Flash Films/1996

 


[1] Magazine Lire Nº176, mayo 1990, Reportaje especial a Patrick Modiano.

[2] « Un siècle d’écrivains »  France 3/Flash Films/1996

[3] « Un siècle d’écrivains »  France 3/Flash Films/1996

[4] Todas las traducciones de extractos de Un Pedigree o de entrevistas son mías: “Nací el 30 de julio de 1945, en Boulogne-Billancourt, 11 allée Marguerite de un judío y de una mujer de Flandes que se conocieron en Paris bajo la Ocupación”

[5] Era una chica bonita de corazón arisco. Su novio le había regalado un perro chow-chow, pero no se ocupaba de él y se lo confiaba a distintas personas, como más tarde haría conmigo.  El chow-chow se había suicidado tirándose por la ventana. Este perro figura en dos o tres fotos, y debo confesar que me conmueve enormemente ya que me siento muy cercano a él.”

[6] Tisseron S. (2007), p. 177.

[7] “ En febrero de 1957, perdí a mi hermano”.

[8] “No hay que hablar en nombre de otra persona y siempre me ha molestado romper los silencios, incluso cuando éstos hacen daño.”

[9] Ferenczi, S. (1932), p.142

[10] Ferenczi, S. (2006), p. 106.

[11] El subrayado es mío: “En un pedigree, no contaba una vida, la mía. Hablaba de cosas que me habían sido impuestas. Hablaba de cosas que me habían hecho sufrir pero que me eran ajenas, que no me eran íntimas. Por supuesto, se trataba de mis padres. Pero esas cosas me habían sido impuestas por ellos y eran casi como cuerpos extraños. He escrito este libro para desprenderme de estos elementos extraños, no para contar mi vida. Un pedigrí no es una autobiografía sino el relato de cosas que me habían hecho sufrir aun quedándose como extranjeras a mí.” Mon Paris n'est pas un Paris de nostalgie mais un Paris rêvé : Entrevista con François Busnel, Magazine Lire, 04/03/2010. 

[12] “Es como si oyese una voz, como si transcribiese una voz que me hablase y me dijese Yo. Ese Yo de otro que me habla y que oigo me permite tomar distancia con la autobiografía, aunque a veces me incorpore en el relato.” Libération 26/04/01

[13] “Los acontecimientos de los que hablaré hasta mis veintiún años, los he vivido en transparencia, este procedimiento que consiste en hacer desfilar paisajes en un segundo plano, frente a actores que se quedan inmóviles en un plató de estudio. (…) Todo desfilaba en transparencia y no podía vivir todavía mi vida.”

[14] Soy un perro que pretende tener un pedigrí”. (UP, 13)

[15] «El pedigrí, como para los perros o los caballos se refiere a las cosas de las que no somos responsables: nuestros padres, por ejemplo.” Mon Paris n'est pas un Paris de nostalgie mais un Paris rêvé" Entrevista con François Busnel, Magazine Lire, 04/03/2010. 

[16] Cyrulnik B. (2000), p. 86.

[17] Milan Kundera (1985), Le livre du rire et de l’oubli. Paris : Gallimard.

[18]  “Incluso aquellos nacidos después podrán sentirse culpables injustificablemente por un pasado y llevar en sí mismos un residuo fantásmico del pasado no-resuelto, adquirido a través de procesos transferenciales de identificación inconscientes con las personas cercanas y sus experiencias encriptadas.” Lacapra D. (1998), p. 64.

[19] “nunca me confió lo que sintió personalmente en Paris durante esa época”

[20] “Por la primera vez en mi vida me encuentro en un furgón policial, y el azar ha hecho que ocurra estando con mi padre”. Panier à salade: jerga para referirse al furgón policial destinado a transportar los prisioneros, llamado así en Francia en analogía al recipiente compuesto de una  red para escurrir la ensalada.

[21] “Él, ya conoció esta experiencia en febrero de 1942 y en el invierno de 1943 cuando fue llevado por los inspectores franceses de la “problemática judía”.

[22] Serge Tisseron, (2007), p. 84.

[23] Ya era hora”

[24] «Uno no sabe muy bien lo que escribe, es como estar en arenas movedizas, hasta que uno no es leído por otra persona. Es como una foto: el negativo necesita ser desarrollado para que el sujeto sea visible. No vemos en la vida, no sabemos bien lo que somos.” Jérôme Garcin, Rencontre avec P. Modiano, Le Nouvel Observateur, 2 octobre 2003.

[25] Entrevista en el Club del libro, mayo 2001, sitio internet : http://www.litt-and co.org/au_temps/autemps_p.htm

[26] Tercero analizante.

[27] Entrevista a Patrick Modiano por Anna Bitton : Patrick Modiano ôte le masque publicada en L’Histoire nº 299-06/2005.